Sociedad Transparente | El poder de nuestro voto
“El legado de las primeras elecciones democráticas de México aún resuena, especialmente cada vez que nos encontramos ante la oportunidad de influir en el futuro de nuestra nación”
Nubia Coré Barrios Escamilla*
Está en puerta la culminación del proceso electoral más grande en la historia de México, lo que nos lleva a reflexionar en torno a los inicios de nuestra democracia y recordar las primeras elecciones que marcaron el rumbo político del país, en 1911. México vivió un momento trascendental: la primera elección democrática tras la Revolución Mexicana, un evento que representa los cimientos del sistema electoral que hoy conocemos.
Recordemos que, en esa época, el país estaba sumido en una lucha por la justicia social y la democracia luego de décadas de un régimen autoritario bajo Porfirio Díaz. Ante ello, estalló en 1910 la Revolución Mexicana, un movimiento armado que buscaba derrocar la dictadura y establecer un sistema político justo y representativo. Francisco I. Madero, uno de los líderes revolucionarios, abanderó la causa democrática con su lema "Sufragio efectivo, no reelección".
Las elecciones de 1911 marcaron un antes y un después en la historia mexicana. Tras la caída de Díaz, Madero se presentó como candidato y resultó electo presidente en una contienda que, si bien no estuvo exenta de tensiones, representó un gran avance hacia la construcción de una democracia participativa. Madero asumió la presidencia el 6 de noviembre de 1911, y así inició un nuevo capítulo en la política mexicana.
Este primer proceso electoral también fue importante porque sentó el precedente para la participación ciudadana y el respeto a la voluntad popular. Fue una etapa en la que los ciudadanos comenzaron a entender la magnitud de su poder a través del voto, que con el pasar de los años no ha ido sino aumentando.
El legado de las primeras elecciones democráticas de México aún resuena, especialmente cada vez que nos encontramos ante la oportunidad de influir en el futuro de nuestra nación. Al igual que en 1911, cuando el país estaba en busca de justicia y representación o en 1953, cuando las mujeres mexicanas pudieron ejercer por primera vez su derecho al voto en elecciones federales.
Este avance también fue resultado de décadas de lucha por los derechos de las mujeres, encabezada por valientes activistas que abogaron por la justicia y la representación equitativa. Al ir a votar este domingo, honramos no solo el legado de los revolucionarios, sino también el de las mujeres que lucharon valientemente para asegurar que cada voz, tenga un lugar en la construcción de nuestro país.
Este domingo elegimos a nuestros representantes, pero también reafirmamos nuestro compromiso con los valores democráticos que han costado tanto esfuerzo. La participación ciudadana sigue siendo el pilar máximo de nuestra democracia. Cada voto es muestra de nuestra voluntad de avanzar hacia un futuro mejor y muestra de honra hacia la lucha de las y los mexicanos por la justicia y representación.
Hay poder en nuestro voto, salgamos a votar.