Sociedad transparente | El camino de la transparencia a 20 años de su existencia
“Siempre es importante hacer un alto en el camino y reflexionar sobre lo logrado y lo que falta por realizar…”
Nubia Barrios*
Hace 20 años era impensable poder preguntar a un servidor público “¿Cuál es tu sueldo?”, “¿Cómo ejerces el presupuesto?”, “¿Podría conocer un contrato de licitación?” Incluso era considerado una ofensa o insulto que se preguntara “¿A dónde viajaste?”, “¿Qué fuiste a hacer exactamente?”, “¿Cuánto gastaste en viáticos?”, etcétera.
Todas estas eran ya inquietudes de la Sociedad Civil y del periodismo en México, pues era complicado entender y sobre todo obtener respuesta de la autoridad.
Aún y con la reforma al artículo 6° Constitucional, no había conciencia de las implicaciones de esta nueva etapa en la vida política, económica y social en México, la creación de organismos que tutelaran los derechos de acceso a la información y de petición: obtener la llave para abrir la cultura del escrutinio y rendición de cuentas del funcionario público.
No ha sido ni será una tarea fácil, esta garantía tiene menos de 20 años de reconocimiento e, igual que la mayoría de los derechos humanos, no fue producto de una visión de avanzada ni mucho menos de voluntad política, sino de la tenacidad y perseverancia de académicos como Jorge Islas, Issa Luna y Salvador Nava; periodistas como Roberto Rock, Jenaro Villamil y Luis Ernesto Salomón, investigadores y otros valientes que conformaron el Grupo Oaxaca y dieron el impulso suficiente ante los legisladores para que hoy todos ejerzamos este derecho.
Lo anterior detona en una libertad mayor en el sentido de buscar, difundir y recibir información inmersa en este noble derecho humano, que establece que todo dato debe concederse y organizarse, que la vida privada se proteja rigurosamente y toda persona sin acreditar interés alguno acceda a información pública gratuita.
En mis inicios tuve el privilegio de coincidir con personalidades medulares a lo que es hoy esta garantía, los primeros comisionados del entonces IFAI, Alonso Lujambio, Jacqueline Peschard, Juan Pablo Guerrero y otros, inmersos entre el ser y el deber ser de una Ley que obliga a emitir resoluciones a la luz de la transparencia y la rendición de cuentas, y que inició grandes momentos para el país mediante determinaciones de quienes han conformado ese Órgano Garante y han obligado a entregar lo inimaginable en información pública en beneficio de docentes, estudiantes, proveedores, contadores, archivistas, jubilados, indígenas, padres de familia, estadistas, periodistas, abogados, líderes de colonia, por mencionar sólo algunos casos; todo derivado de un ideal común que hace 20 años era una utopía.
Hoy existen 32 leyes de transparencia con sus respectivos organismos garantes en cada entidad federativa, con el completo respaldo del INAI y un Sistema Nacional de Transparencia que permea de forma activa en todo el país.
El año 2016 fue punta de lanza con el nacimiento de la Plataforma Nacional de Transparencia, que consolidó el quehacer y propósito de este derecho humano poniendo a la vista millones de registros y archivos en todo el país para su consulta permanente, unificando la información para todo y para todos.
Invito a hacer uso de esta herramienta a través de sus buscadores temáticos, es casi como abrir el cajón de escritorio de una oficina para encontrar información detallada y actualizada de todo el país. Claro que, como todo, la tecnología es movimiento constante y perfectible, sin embargo son innegables los beneficios de sólo ingresar y navegar el sitio web.
Siempre habrá retos a afrontar en estos temas, sin embargo, reconozcamos las dos décadas de la transparencia en México, me honra haber sido parte desde sus inicios en el año 2005 y puedo decir con seguridad y conocimiento in situ, que ha crecido de forma ascendente, pues aún y cuando faltan cosas por hacer son cada vez mayores las solicitudes y la información proporcionada al ciudadano en vía de respuesta o por medio de impugnación.
Ya lo he dicho antes: no es un reto menor el justo equilibrio entre la transparencia, rendición de cuentas y la protección de los datos personales a la luz del combate a la corrupción; es parte de una democracia joven en la cual estamos todos inmersos; cada vez existen mayores retos en los que la ciudadanía es el centro, ya que este derecho es humano y en comunión con ello lo primero es la persona.
Siempre es importante hacer un alto en el camino y reflexionar sobre lo logrado y lo que falta por realizar, la transparencia en México se encuentra en ese camino de consolidación a través de ese andamiaje equilibrado entre actores políticos y ciudadanos llenos de curiosidad e inquietud por saber el cómo, cuándo y cuánto.
La transparencia llegó para quedarse y yo abonaría diciendo que llegó también para formar parte de la narrativa histórica de la consolidación de la democracia en México.
*Comisionada del Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.