Reflexionando el evangelio | El alimento que nos hace sabios

Reflexionando el evangelio | El alimento que nos hace sabios

XX Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B

 

“Mi carne es verdadera comida

 y mi sangre es verdadera bebida”

Juan 6, 51-58

Los estudiantes vuelven a la escuela y ésta se convierte -de nuevo- en un hogar especial. El paso de la familia a la escuela es un escalón básico en la vida.  El calendario escolar es también el calendario de la familia y de otros ámbitos educativos.  Asumimos el ritmo de vida que se nos indica desde que la inteligencia humana descubrió la necesidad de organizar el proceso del aprendizaje humano. El nuevo curso escolar no es la excepción.

 

En la escuela convergen estudiantes, familias, profesores, administradores, políticas públicas, comerciantes… Pero, ¿qué sucede y acontece en el interior de los actores de la educación? Espero que para todos sea la esperanza de hijos buenos y ciudadanos participativos para generar/cultivar un entorno sano y digno para todos. 

 

¿Qué anhela y busca quien entra en la escuela? Cada quien sabe lo que trae entre manos y los anhelos que van más allá del momento.   Enseñar-aprender, dar-recibir, salir-entrar, acertar- equivocarse, buscar-encontrar… son verbos que hay que saber conjugar en todos los tiempos, modos y circunstancias. Educar es un acto de amor, un arte, una misión. El fin es aprender a vivir amando, como estilo y como sabiduría para la vida.  

 

¿Quién y quiénes aportarán el capital y la fuerza para sacar adelante el fin de la educación? ¿Qué alimento será más nutritivo para que nadie se quede a medio camino? La vida nos enseña que más que alimentarnos de cosas, necesitamos personas que sean buenas como el pan, nos escuchen, atiendan, comprendan, acompañen. ¿Es/será suficiente? 

 

Hoy escuchamos –providencialmente- la reflexión que un sabio de Israel hace acerca de la sabiduría, símbolo del Espíritu de Dios. La presenta como una persona que actúa, dice, toma decisiones y se propone a sí misma como referente y modelo de vida. La vemos preparando un banquete en el que se sirve vino y pan, con el pretexto de inaugurar y abrir las puertas de la casa que se ha construido. Los invitados a comer son los sencillos y los faltos de juicio.

 

En el Evangelio Jesús se afirma, ofrece y presenta como el pan vivo que ha bajado del cielo para que el mundo tenga vida.  La sabiduría es el mismo Jesús que se hace el alimento por excelencia, el que nutre verdaderamente (pan) y propicia el encuentro fraterno (vino). El pan vivo y el vino nuevo es la persona de Jesucristo quien proviene de Dios, sabiduría de Dios y promesa de vida eterna. Este alimento está al alcance de la fe y se sirve cada día en la mesa-altar de la Eucaristía.  

 

Que participar de la Eucaristía sea el alimento que nutra y fortalezca no solamente al inicio y al final del curso escolar. Las mesas del altar, del hogar y la escuela necesitan ser atendidas todo el año. Fe y razón, ciencia y conciencia, fe y sabiduría, individuo y sociedad, Iglesia y Estado se necesitan mutuamente. Una educación integral requiere una visión integral de la vida para formar personas íntegras, integradas e integradoras.

 

Con mi bendición para todo el ciclo escolar.  

 

+ Sigifredo

   Obispo de/en Zacatecas

 

 Aquelarre | ¿Cuánto "vale" una nota informativa? 

 Aquelarre | ¿Cuánto "vale" una nota informativa? 

El espectador | Ser trans

El espectador | Ser trans