Aquelarre | ¿Cuánto "vale" una nota informativa? 

 Aquelarre | ¿Cuánto "vale" una nota informativa? 

*Los medios de comunicación, enarbolando el derecho a la información, en muchas ocasiones exponen hasta su integridad por conseguir la nota, pero ¿realmente vale la pena?

 

Tanya Ortiz*

Conforme ha pasado el tiempo, las personas han logrado tener acceso a la información con mayor facilidad a través de distintos medios.

Hoy en día, el uso de las nuevas tecnologías nos permiten informarnos, prácticamente al momento, de hechos que se pueden considerar trascendentes para distintos sectores de la sociedad, de eventos o acciones en materia deportiva, cultural, social o política.

De nadie es desconocida la delgada línea que separa la información en materia de seguridad o la llamada policiaca, de lo meramente informativo y lo escandaloso.

Lo relacionado con el sexo y la sangre, es tanto seguido como repudiado y así como hay consumidores abiertos de estos contenidos, los hay quienes lo reprochan, pero también lo consumen a escondidas.

Son famosos los medios de comunicación a nivel nacional que han difundido información policiaca con peculiar estilo, como la conocida revista ¡Alarma! que ya con el puro nombre llama la atención, o La Prensa que, aunque sus contenidos sean de información diversa, también maneja de manera llamativa la información de la conocida como nota roja.

En casi todos los estados hay medios de comunicación que manejan esta información como contenido principal y en Zacatecas no es la excepción; sin embargo, extendiendo el mercado para alcanzar un mayor público, hay páginas web de noticias que se enfocan solamente a esta información, pero dado que de esta no es factible sobrevivir económicamente, se  incorpora información oficial, por lo regular de autoridades gubernamentales que convienen la difusión de obras y acciones.

Los reporteros y reporteras -las menos- que cubren este tipo de noticias son conocidos por ser rápidos al llegar en corto tiempo al lugar de los hechos, por ser intrépidos, valientes y hasta temerarios.

 Elementos de las corporaciones policiacas, de rescate y paramédicos, luego suelen ubicar a estos comunicadores que llegan tendidos a tomar fotos y videos de accidentes o escenas de delitos, operativos policiacos o incluso enfrentamientos armados todavía en activo, poniendo en riesgo su vida por lograr una buena toma, lo que también implica poner en riesgo a los elementos policiacos que distraen el objetivo por resguardar a civiles que no es que hayan quedado en fuego cruzado, sino que de propia voluntad quedaron en tan riesgosa posición.

En Zacatecas ya ha habido casos de reporteros que han resultado lesionados en el ejercicio del trabajo periodístico porque se han acercado demasiado a las acciones policiacas, aunque también se han registrado incidentes en los que algún comunicador ha sido confrontado y amenazado, tanto por cuerpos policiacos como por presuntos delincuentes.

La facilidad que nos dan las nuevas tecnologías de poner al alcance de la mano de nuestros lectores la información certera, concreta, veráz y oportuna, anima a muchos comunicadores y los directivos de medios para quienes trabajan, a imprimir un toque de osadía y un gran porcentaje de irresponsabilidad e ignorancia, pese a que aseguran respetar protocolos policiacos con tal de ganar seguidores en sus redes sociales.

Se escudan en sus años de experiencia periodística, dejando de lado las cambiantes condiciones que hay en torno a la delincuencia, grupos criminales, delitos de alto impacto, reformas al Código Penal y la responsabilidad que tenemos como medios en el manejo de información, datos personales, secrecía de las investigaciones y, sobre todo, el debido proceso, en un marco de un nuevo Sistema de Justicia Penal.

La reputación, el profesionalismo, la experiencia, el respeto que se tengan, se ganen o se otorguen, no son suficientes si el reportero -o la reportera- sale golpeado, involucrado, en un proceso penal herido o incluso muerto por un afán de conseguir la primicia o por lo menos una buena nota; mucho menos vale la pena lo que gana, monetariamente hablando, por ese trabajo.

Las condiciones laborales y los salarios ínfimos que ganan el grueso de los trabajadores de los medios de comunicación en Zacatecas y en México, en realidad no valen la pena el riesgo por llegar primero a una cobertura policiaca o por conseguir las mejores tomas.

A 30 años de haber iniciado mi labor periodística, 15 de los cuales he cubierto de manera ininterrumpida nota roja y de seguridad, enfrentándome lo mismo a turbas de maestros inconformes que se manifestaban, a dolientes de un hecho de tránsito que reprochaban la toma de fotos a un familiar fallecido, presuntos criminales en diversos hechos o que han estado tras las rejas del Cerereso o los separos municipales, o incluso a policías de diversas corporaciones y militares, puedo manifestar de manera tajante que ninguna nota vale la pena poner en riesgo la integridad.

Expresaré siempre mi admiración y respeto por aquellos que igual se especializan en la cobertura de notas culturales, deportivas y sociales, así como los que se especializan en notas políticas o de espectáculos; especialmente para quienes la valentía y la adrenalina se combinan con el gusto por la excelencia de la labor periodística, el profesionalismo y el derecho a la información, pero siempre señalaré la falta de capacitación, el desconocimiento de las leyes en materia penal y una errónea idea de conseguir fama de Quiénes arriesgan su integridad y su vida por una noticia.

Siempre diré que hay notas que valen la pena el esfuerzo por interés periodístico o por utilidad social, pero si de ello pende la vida del reportero no habrá nota que valga la pena si en ella se anuncia su muerte.

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