Radar económico y financiero | La inflación, imparable

Radar económico y financiero | La inflación, imparable

“La inflación en México ha llegado a niveles alarmantes, en junio fue de 0.84 por ciento, un alza 4.5 veces superior a un mes de junio, entre 2003 y 2021, en 18 años, reflejando una tasa anual de 7.9 por ciento. En Zacatecas fue mayor, pues alcanzó 9.5 por ciento, que la sitúa entre las cinco más altas del país”.

Raúl Rodríguez Márquez*

El pasado jueves, el Inegi dio a conocer que los precios al consumidor aumentaron en 7.99 por ciento los últimos 12 meses, la mayor en 21 años.

El incremento de junio fue de 0.84 por ciento.

El componente subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, lleva, hasta junio, 19 meses consecutivos al alza.

El subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, hacía referencia que se trataba de un incremento de 4.5 veces superior al promedio para un mes de junio entre los años 2003 y 2021; de ese tamaño es el problema.

Desafortunadamente, la inflación subirá aún más porque las presiones sobre los precios al consumidor no han terminado, y no hay señales de que lo hagan antes del cierre de este año, e impactará más a los deciles de más bajos ingresos, dado que su gasto es mayor en alimentos.

La inflación afecta más a quienes menos tienen.

En junio, los hogares con un ingreso promedio de $3,313 al mes enfrentaron un incremento de precios de 9.78 por ciento; 1.86 puntos más que aquellos hogares con un ingreso de $54,427 mensual.

A pesar de los costosos subsidios a los energéticos; gasolina y diésel, con más de 160 mil mdp, según la versión del SAT, o cerca de los 400 mil mdp, según varios analistas.

Cualquiera de las dos cifras será una gran carga para las finanzas públicas, de por sí ya golpeadas por la crisis y el servicio de la deuda.

Este subsidio es políticamente útil, pero prácticamente inútil.

Aun así, la inflación no ha cedido, a pesar del famoso, y ahora casi olvidado PACIC, “paquete contra la inflación y la carestía”, iniciado el 4 de mayo, el cual resultó un rotundo fracaso.

¿Alguien ha encontrado en los supermercados alguno de los 24 productos, cuyo precio se unificaría a precio PACIC?

En contraste, los precios de los alimentos subieron en promedio 13.4 por ciento, aunque hay algunos productos que superan en mucho ese promedio, como el aguacate, con 79.4 por ciento; cebolla, 56 por ciento; papa, con 49 por ciento; pan blanco, con 25 por ciento; huevo, 24 por ciento, entre otros.

Así las cosas, con subsidios a las gasolinas y disminución de aranceles, que no han sido suficientes para frenar la tendencia inflacionaria que, estimamos, llegará a niveles de 9.5 por ciento en este ejercicio fiscal.

Muy a la par del posible incremento de las tasas de referencia definidas por Banxico, las cuales tendrán incrementos importantes en las próximas cuatro sesiones, con el objetivo de obtener tasas positivas.

En este breve análisis de la tendencia de la inflación existe otro elemento que no nos permite ser muy optimistas: el comportamiento de los precios al productor, una variable no muy comentada pero fundamental en la medición de las tendencias.

El índice de bienes intermedios que utilizan los productores incrementó 13.6 por ciento, más de 5 puntos por arriba del incremento de los precios al consumidor.

Aunque, como sabemos, los incrementos en los costos no siempre pueden repercutir ni de manera inmediata ni en su totalidad a los precios finales, pero si son tan sistemáticos y altos como los que tenemos ahora, lo más probable es que sí presionen fuertemente a los índices de precios.

El Banco de México así lo interpretó en su más reciente decisión de política monetaria, incrementado la tasa en .75, por eso se consideró que el pico de este ciclo inflacionario se presente en el tercer trimestre, julio-septiembre.

En los mercados internacionales han empezado a surgir algunas señales positivas.

El índice de “commodities” de Bloomberg ya bajó 15.7 por ciento, desde su máximo alcanzado el 9 de junio pasado, o la caída del crudo WTI, que cayó 17 por ciento, o el caso del maíz que refleja una caída en su cotización internacional del 26.7 por ciento, desde su máximo alcanzado el 30 de abril.

Aún no hay certeza de que esta tendencia pueda ser sostenida en el tiempo, pero sí hay elementos para considerar que podríamos ver tendencias a la baja por el simple hecho de que existe una menor expectativa de crecimiento de la economía a nivel global, y con ello una reducción de la demanda de materias primas.

Sin duda, algunos movimientos a la baja, que observamos en las últimas semanas, derivan de ajustes financieros y bursátiles más que tendencias sólidas,

Aunque esto ocurriera, la baja de la inflación se daría hasta el primer trimestre de 2023.

Así que, aún restan meses complicados, de tal suerte que hacemos la invitación al estimado lector a tomar sus previsiones.

Analista político y financiero

Presidente de grupo consultor Ragash

Twitter;@raroma47


**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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