Radar económico y financiero | ¿Cómo iniciará nuestra economía el próximo año? ¡Cuesta abajo!
“Comenzó el repunte estacional de la inflación, en la primera quincena de diciembre registró su mayor incremento para un mismo periodo en los últimos 4 años, 7.7% anual, cumpliendo 21 meses consecutivos fuera del rango de Banco de México que estimaba 3%, y por otro lado, el crecimiento económico a la baja para 2023.”
Raúl Rodríguez Márquez*
Sin duda, y lamentablemente, el panorama general de nuestra economía se ve sombrío, con datos del Inegi, se reflejan cifras a la baja, de acuerdo al indicador oportuno de la economía (IOAE). Y cuando decimos que se ve cuesta abajo, no me refiero a la cuesta de enero.
Está confirmado: en el último trimestre de este año la economía mexicana ha cambiado su tendencia y ya va en retroceso.
El pasado 20 de diciembre, el Inegi dio a conocer el Indicador Oportuno de Actividad Económica de noviembre, el cual tuvo una caída de 0.1 % respecto a octubre.
Como ya lo hemos comentado en esta columna, estamos en una circunstancia en la que las tasas anuales de crecimiento seguirán siendo positivas, pues los niveles actuales se comparan favorablemente con los de los mismos meses del 2021, el cual reflejó plena caída de -8% por la pandemia y otros factores negativos, pero en la ruta en la que va ahora la economía ,ya marca un claro retroceso.
Los dos sectores valorados por este indicador, el secundario y el terciario, mostraron números rojos en noviembre.
Eso significa que tanto el mercado interno como las exportaciones, seguramente van a la baja; Con cifras desestacionalizadas a noviembre ,las exportaciones totales cayeron 1.5% mes/mes ,derivado de disminución de exportaciones no petroleras, manufacturas, automotrices y petroleras.
Respecto al mercado interno, ya habíamos comentado que la cifra del nuevo indicador oportuno del Inegi, que mide la trayectoria del consumo privado en el mercado interior,marcó en noviembre un retroceso de 0.7 %.
Esta cifra refuerza la tendencia observada por otros indicadores, como las ventas de la ANTAD en términos reales o las cifras del monitor de consumo de Bbva.
Aunque es pronto para llegar a conclusiones,bien podríamos estar empezando a observar un cambio de tendencia producto del freno de la actividad industrial en los Estados Unidos.
A finales del mes, se darán a conocer las cifras del comercio exterior para noviembre, lo que permitirá tener evidencia más firme de si esto es así.
Aunque aún faltan suficientes datos, me parece que conforme pasen las semanas identificamos más y más evidencia de que viene un freno en la actividad económica.
La mayor parte de los analistas han revisado hacia arriba sus estimaciones para el cierre del 2022, inclusive mayores que las oficiales, y simultáneamente han ajustado a la baja los pronósticos para 2023 que ronda el 1% ,de acuerdo con la más reciente encuesta de Banco de México.
De mantenerse la variación mensual de 0.03% de octubre en los meses que restan del año, la economía crecería 3.3% a/a en todo 2022, según el IGAE. Hasta el momento tiene un crecimiento de 2.8% a/a.
Esto siempre y cuando no se hagan revisiones a la serie histórica.
La experiencia de este año nos muestra que en 2022 se sobrevaloró un posible freno económico. Bien pudiera pasar lo mismo para 2023, pero aun así sería muy difícil que el crecimiento pudiera alcanzar siquiera el 2 %,derivado de los principales riesgos ; repunte de la inflación, consultas T-Mec,nuevas controversias comerciales con EU, creciente inseguridad pública ,incertidumbre por política interna de méxico y la posible recesión en EU, entre otras.
El freno económico y una posible recesión, así sea leve y de corta duración, ya son visibles en nuestra economía.
Una variable fundamental a considerar es el lastre de la economía informal, la informalidad en México se volvió a disparar tras la pandemia.
En 2020, como resultado del confinamiento y los problemas que el Covid trajo consigo, el Producto Interno Bruto de la informalidad cayó 12.3 por ciento mientras que la actividad formal retrocedió en 5.8 por ciento, para resultar en una caída de la economía de 8 %.
En 2021, el PIB informal creció en 12.4 por ciento mientras que el del sector formal lo hizo apenas en 2.7 por ciento y el conjunto de la economía creció 4.7%.
El 55.8 por ciento de la ocupación en México corresponde a la informalidad mientras que sólo 44.2 por ciento está en la formalidad, pero el PIB de los informales es solo 23.7% del total mientras que el de los formales es 76.3 %,
Esto significa que, si la productividad laboral promedio de la economía es igual a 100, entonces la de los informales es de 42 y la
de los trabajadores formales es de 172.
Es decir, la productividad laboral del sector formal es 4.1 veces mayor que la de los informales.
Si lográramos reducir la informalidad y trasladar a un mayor número de trabajadores al sector formal, por este solo hecho, la economía mexicana tendría un crecimiento muy significativo, por el incremento de la productividad promedio.
Y, además, se permitiría que más familias mexicanas tuvieran un mayor ingreso como producto de que existen mejores beneficios en la economía formal.
El problema es que a veces pareciera que las políticas públicas más bien le apuntan a incrementar la informalidad.
Si planteamos un balance de cierre del 2022, diríamos que fue el año con inflación(7.7%), 2.4 veces mayor al crecimiento de la actividad económica. (3.3%)
Así las cosas, de materializarse las expectativas de la encuesta de Banco de México ,se tendría un crecimiento total en el actual sexenio de 1.85% real, equivalente a un crecimiento anual promedio de 0.31%,el menor crecimiento en registro tomando la serie disponible del PIB en el Inegi, desde el sexenio de Miguel de la Madrid.
*Analista político y financiero.
*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.
