Pasión por el deporte | Ser un gran entrenador
“Los entrenadores buenos de verdad ayudan a sus atletas a perseguir sus sueños”
José Ortega Ramírez*
Los entrenadores buenos de verdad ayudan a sus atletas a perseguir sus sueños, creyendo y ayudándoles a creer que pueden superar los grandes retos para que conviertan esa experiencia en algo placentero.
Ser un gran entrenador es ser un facilitador del crecimiento personal y convertir la excelencia en una posibilidad real en sus atletas.
Es estar comprometido con sacar lo mejor de sus atletas, confiar lo suficientemente en sí mismos como para respetar, escuchar y valorar la colaboración teniendo en cuenta las sugerencias de su propio cuerpo técnico, así como de sus atletas.
Es escuchar con respeto a sus atletas y cuerpo técnico, aunque no se comprenda totalmente ni estén de acuerdo en todo con sus puntos de vista. Es respetar las experiencias, las cualidades y el potencial de los demás, creer en sus atletas hasta el punto de que crean ciegamente en sí mismos y preocuparse por sus atletas como personas.
Es retarlos a superar sus límites y hacer todo lo bueno que pueden ser apoyándolos en todos los pasos del camino, sobre todo en los grandes retos, en los momentos difíciles, cuando se lesionan o sufren contratiempos.
Es ser competente en el ámbito de las destrezas técnicas y tácticas, lo que diferencia de los demás es el don de gente.
Es ser un maestro en transmitir y establecer relaciones respetuosas y de mutua confianza e influir mucho en la vida de sus atletas.
Es en gran medida el arte de entrenar a otras personas adquiriendo el compromiso de refinar su capacidad de escuchar, respetar, retar, apoyar y creer.
Es suministrar a sus atletas buenas razones para que crean en sí mismos, en su equipo y su capacidad de aprovechar las oportunidades para aumentar su confianza y evitar hablar o actuar de modo que mine esa confianza.
Es retar a sus pupilos a superar sus límites, pero haciéndolo de forma positiva y respetuosa, nunca negativa y poco respetuosa. Se deben poseer grandes cualidades humanas y buscar continuamente medios para ser más eficaces en lograr una mejor comunicación.
El mejor escenario que puede diseñar es aquel en que sus atletas, auxiliares y el resto de la plantilla trabajen juntos para hacer que florezcan las mejores cualidades de todos.
Ser un gran entrenador es saber que cuando sus atletas y los miembros del equipo se sientan valorados, respaldados y respetados y conlleve dar más de sí mismos. Sacando más de los demás rendirán a un nivel más alto o de forma más consistente. Es reconocer el inmenso valor de la colaboración en un marco de respeto e involucrar a una colaboración continua con los atletas que trabajan, reconociendo el valor de desafiarlos respetuosamente para que sean mejores de lo que son y se conviertan en deportistas clave de su propio destino.
En el deporte de alto rendimiento o en los grandes acontecimientos competitivos, se debe tratar de afrontar y disminuir el estrés, aminorar las exigencias ante grandes expectativas y distracciones de lo acostumbrado, por ello deben tener un control personal sobre lo que nos rodea, rodearse de planes de acción positivos sin lugar a duda que los ayudará a mantener la calma, la confianza y la atención en momentos de creciente de estrés en sus atletas y seguir proyectando esa fe inquebrantable en ellos.
*Escritor e instructor profesional en ciencias aplicadas al futbol.
Facebook: José Ortega Ramírez
Correo: jor0231&hotmail.com
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.