Los misterios de la existencia | Nostalgia
“Esa sensación de añoranza”
Alejandro Bravo Pérez*
¿Quién no ha experimentado de la nada un sentimiento de tristeza? Uno mezclado con cierto afecto al pasado, principalmente a los instantes que marcaron un tiempo feliz en la vida.
Yo lo hago mirando mi infancia, extraño esos días en que podía despertarme sin la preocupación de tener que ir a trabajar, lo hago extrañando los pocos momentos en que jugaba con mi hermana, lo hago extrañando las tardes que me la pasaba jugando a la pelota con mis amigos de la colonia.
En una clase de historia fue la primera vez que escuche el término y significado de la palabra nostalgia, resulta que fue acuñado por médicos suizos para describir esa sensación de añoranza que sentían los soldados que eran enviados a la guerra.
Hoy en día vivimos batallas diferentes y somos soldados de nuestras propias peleas, siendo así la nostalgia un sentimiento que podemos experimentar en cualquier momento.
En México ocultamos la nostalgia con frases como: “se me bajó la pila”, “me dio un bajón”, “me dio la depre”. Experimentar la nostalgia es algo así como un homenaje a la vida que dejó de ser y forma parte del camino que se queda muy atrás, pero es también el honor a la vida que nos recuerda algo que vivimos, pero ¿cuándo se convierte entonces en algo malo la nostalgia? Quizás cuando idealizamos el pasado, atrapándonos en los recuerdos, queriendo revivir algo que ya vivimos, provocando entonces una especie de parálisis existencial.
Alguna vez leí de Merleau-Ponty (filosofo existencial) “que nunca se curaría de una infancia tan feliz”.
Una palabra dura y concreta, que da fuerte con la experiencia de nostalgia, porque existen personas que nunca se curan de una infancia supuestamente muy feliz, pero también existen personas que nunca se curan de una infancia dolorosa.
La nostalgia, por lo tanto, es una fuente de los recuerdos, y su origen puede ser una canción, una navidad, un año nuevo, un cumpleaños, un aniversario y la lista puede continuar.
¿Qué es lo que recordamos? principalmente lo bueno, creando una jaula gris embarnecida por instantes alegres o destructivos, pero que siguen siendo parte de un tiempo al que no se puede volver.
Un periodo de la vida que ha muerto, aunque sigue vivo cada vez que se recuerda.
Los recuerdos viven cuando nos acordamos, aunque cuando recordamos evocamos la nostalgia, pero ¿qué ocurre cuando me siento triste sin recordar? Bueno, alguna vez escuche decir a un terapeuta Gestalt: “el cuerpo jamás olvida”, lo que me hizo pensar que quizás habita en la memoria de cada cuerpo un recuerdo que quiere ser recordado, pero que se ignora mayormente por el padecimiento que puede causar al nombrarlo.
¿Cómo se cura la nostalgia? No lo sé. Quizás sirva primero no negarla, darle la bienvenida a todo eso que evoque, después de eso, se debe elegir: vivir con una idealización pasada o con una realidad presente.
La primera es algo que ata y aleja del ahora; la segunda, es mirar al pasado sin anclarse ni quedarse, aprendiendo que siempre es un buen momento para continuar.
Hola, mi nombre es Alejandro Bravo, cuento con la formación como terapeuta existencial. Más que hablarte de teorías o técnicas, me gusta explorar lo que está presente, lo cotidiano, lo que ocurre.
Si te interesa conocer un poco más de esto e indagar en tus propios misterios, te invito a crear un espacio de relación y diálogo para que, juntos, podamos comprender un poco más la “situación” que estés viviendo, como también la manera en que te relacionas con el mundo y los demás.
Hasta la próxima.
Terapeuta Existencial
Correo: cypesc@gmail.com
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.