Los misterios de la existencia | No olvidemos

Los misterios de la existencia | No olvidemos

que solo estamos jugando”.

 

Alejandro Bravo Pérez*

 

Por alguna razón, el pasado se convierte en una especie de ancla que retiene la existencia, dejándola inmovilizada, pero el futuro, también lo hace.

En ocasiones, en la mayor parte del día, solemos mirar al pasado, lo hacemos como miramos una fotografía, despierta una o muchas emociones, pero en especial, cuando se mira al pasado, se hace porque estamos recordando ¿qué se recuerda? Algunas cosas buenas de la vida, aunque pueden serlo también malas, se mira eso que ha dejado de ser, pero que se anhela poder volver a formar parte de eso que ya no es, ni será.

El futuro, por el contrario, es creador ¿qué es lo que crea? Lo que surja de la imaginación, si en este momento de mi vida, no tengo dinero, me gusta mirarme y creer que, en 10 años, seré dueño de un millón de pesos. Si no tengo una casa, ni coche, me visualizo y creo un escenario posible en unos años más adelante, con la casa y el coche de mis sueños.

Que extraño. Se mira al pasado, se mira el futuro, con el único esfuerzo, de mirar, eso que no somos. Por imaginar el futuro, no se presta atención al presente, por mirar el pasado, no se presta atención a lo que ocurre en este instante.

Habrá quien diga que está en su presente construyendo el escenario posible para poder conseguir su meta a futuro, sí, tiene razón, pero al hacerlo, se limita, se cierra a otras posibilidades y al no ver su objetivo cumplido a corto o largo plazo, ocurre la decepción, la frustración, el cansancio de estar intentándolo, porque el sueño se convierte en una expectativa y las expectativas solo son una idea caprichosa de lo que uno quiere, por lo que, al no verlas cumplidas, nos enojamos.

Nos decimos, nos engañamos, que no está mal recordar, que no hay nada malo en poder planear, en proyectarse, en soñar, pero al hacerlo, nos ausentamos de la realidad, por permanecer en una especie de nube llena de pensamientos que solo nos alejan de lo que está ocurriendo continuamente en nuestras vidas. El resultado final, es una vida ausente, un tipo de existencia en modalidad zombi, que se deambula de lugar a lugar, pero sin estar, porque su mente, sus pensamientos, yacen la mayor parte del día, en otro tiempo.

¿Has visto con detenimiento a un niño? El niño no se aferra a su pasado, no se entristece por recodar cuando estaba en el vientre de su mamá o cuando sus papás lo cargaban en brazos, el niño, solo es. El niño puede soñar que quiere ser bombero de grande o ser un maestro, pero después puede decir, que mejor no, que prefiere ser un ultramaratonista, el adulto es quien limita al niño, diciéndole que se decida por algo, que no puede andar por la vida sin saber qué es lo que realmente quiere.

En palabras de Max Jiménez, “no deberíamos olvidar que solo estamos jugando” y ¿qué estamos jugando? A vivir el presente, y no perderlo por aferrarnos a ya dejo ser o a un solo sueño.

Mi nombre es Alejandro, cuento con la formación como Terapeuta Existencial. Más que hablar de teorías o técnicas, me gusta explorar lo que está presente, lo cotidiano, lo que ocurre. Si te interesa conocer un poco más de esto e indagar en tus propios misterios, te invito a crear un espacio de relación y diálogo para que juntos, juntas, podamos comprender un poco más la “situación” que estés viviendo, como también la manera en que te relacionas con el mundo y los demás, ya que clarificar nuestra posición en el mundo, puede aclarar nuestra postura y entonces si así se elige, optar por una actitud diferente.

Hasta pronto.

 

*Terapeuta existencial

Teléfono: 7712099585

Correo: cypesc@gmail.com

 

 

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