Los misterios de la existencia | Dominación
“El mejor en “algo”.
Alejandro Bravo Pérez*
Hace un poco más de 500 años, al continente americano llegaron embarcaciones con gente de otro lugar, contenían un lenguaje, creencias y hasta el tono de piel diferente. Con la sorpresa de pocos y muchos, esos extranjeros sometieron a los hombres y mujeres libres, tomándolos y usándolos como esclavos. Recuerdo una vez haber leído que muchos de ellos, al ser conscientes de que estaban siendo dominados por esos extranjeros, optaban por quitarse la vida. Según Byung-Chul Han: “Hoy no tenemos ni esa consciencia de dominación”.
Un empleado promedio, que comparte oficina con otros más empleados, son convocados a una reunión, frente al grupo, se les dice: “felicitamos al trabajador del mes”, por ser un empleado destacable, llega temprano, es formal, muy profesional y su trabajo no solo está bien hecho, sino que es excelente. Algunos presentes aplauden, otros más, solo son testigos ¿testigos de qué? de un nuevo estilo de dominación. El lema de las grandes empresas y corporaciones, es; “al cliente dale lo que pide”, y, para los empleados, también hay una frase “Diles lo que quieren escuchar”.
Hace poco di una clase en un curso, al finalizar mi asistencia, se dijo a los presentes, que continuarían mejores docentes que yo, a las personas se les vende “algo mejor”, porque todos quieren ser el mejor en “algo”, “ser distintos a los demás”, parece ser la meta hoy en día, lo que hace que uno se esfuerce por producirse como “algo mejor”, lo juro, lo pensé y me dije; “caray, debo para la siguiente clase esforzarme un poco más”. Para Han, uno se ha convertido en un auténtico especialista de auto explotación, se ha pasado dice; “del deber de hacer” al “poder hacerlo”, lo que hace que se experimente cierta angustia de no haber podido hacer todo lo que se puede, por lo que, si no eres el mejor dando una clase o no recibes esas felicitaciones frente a tus compañeros de trabajo, el único, la única culpable, es una misma, uno mismo. Aquí entre nos, confieso haber caído en una tristeza por no ser uno de esos mejores, despreciando mi trabajo y cuestionándome ¿qué es lo que hice mal?
Han continua: “Ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando; es la pérdida lógica del neoliberalismo que culmina en el síndrome del trabajador quemado”. Yo estoy de acuerdo con Han, por eso comparto mi experiencia, aunque me da la impresión que no ocurre solo en el trabajo o en el mundo profesional, sucede en el mundo familiar, con la pareja, con los hijos, con los padres, con los amigos, ocurre en todas nuestras maneras únicas de relación, formando parte de una sociedad cansada. Cansada de esforzarse en ser él y la mejor en algo y con alguien.
Mi nombre es Alejandro, cuento con la formación como Terapeuta Existencial. Más que hablar de teorías o técnicas, me gusta explorar lo que está presente, lo cotidiano, lo que ocurre. Si te interesa conocer un poco más de esto e indagar en tus propios misterios, te invito a crear un espacio de relación y diálogo para que juntos, juntas, podamos comprender un poco más la “situación” que estés viviendo, como también la manera en que te relacionas con el mundo, con los demás, ya que clarificar nuestra posición en el mundo, puede aclarar nuestra postura y entonces si así se elige, optar por una actitud diferente.
Hasta pronto.
*Terapeuta existencial
Teléfono: 7712099585
Correo: cypesc@gmail.com
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.