La seguridad y la nación | El gobierno del narco
“Cuando no esperábamos retroceder de la manera en la que lo estamos haciendo, nos hace pensar en las diferentes posibilidades de la inseguridad en México; una de ellas, el compromiso del presidente López Obrador con el crimen organizado”.
Hugo Rafael Sánchez González*
Se viven en la actualidad tiempos preocupantes de inseguridad, inseguridad que ha ocupado todos los espacios del ámbito social y en todos esos espacios en donde las fuerzas armadas se encuentran metidas, brindando “seguridad”, lo que nos lleva ante el terrible escenario del 2024.
Hoy en día, quienes se benefician de este gobierno son: las fuerzas armadas y el crimen organizado, quienes muy probablemente defiendan en 2024 que Morena continúe en el poder para seguir beneficiándose.
Con el impresionante despliegue que tiene hoy el Ejército Mexicano, a través de la Guardia Nacional, lograría “incentivar” a la ciudadanía o bloquearla para emitir o dejar el voto, siempre y cuando éste beneficie a Morena.
Siendo una de las grandes probabilidades que la política de los “abrazos no balazos” sea el pacto para que las fuerzas armadas no actúen contra el crimen, solo basta analizar la violencia reciente en México.
Ésta se encuentra vinculada a cambios en el panorama de los crímenes de la delincuencia organizada, así como a la nula existencia de estrategia para combatirla.
Esto se caracteriza por la expansión territorial rápida y violenta de ciertos cárteles, predominantemente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, así como la proliferación de grupos delictivos más pequeños y la diversificación de la actividad delictiva.
También hay cambios importantes en el tipo de drogas que las organizaciones delictivas mexicanas han movido a nivel internacional en la última década, ya que el tráfico de marihuana ha caído en picada, mientras que el tráfico de fentanilo ha aumentado considerablemente.
Los estados que registraron los mayores deterioros en sus tasas de homicidios, como Baja California, Guanajuato, Michoacán y Zacatecas, son escenario de continuos conflictos entre cárteles.
La violencia con armas de fuego tiende a ser más intensa en estos estados, donde múltiples organizaciones delictivas compiten por el territorio y las rutas clave del narcotráfico.
Las muertes atribuidas a los conflictos de cárteles aumentaron de 669, en 2006, a más de 16 mil en 2022.
A medida que la violencia causada por los crímenes de la delincuencia organizada se intensificó en partes del país, hubo un aumento marcado en el número de personas desplazadas por la violencia en 2021.
Desde 2016, más de 117 mil personas fueron desplazadas internamente, y al menos 44 mil 905 de esos desplazamientos ocurrieron en 2021.
La mayoría de estos desplazamientos se dieron en Guerrero, con más de 21 mil 800 desplazamientos, seguido de Chiapas y Michoacán, con más de 14 mil 900 y 12 mil 900 desplazamientos, respectivamente.
Tanto los indicadores de crímenes de la delincuencia organizada, como los delitos con violencia, se deterioraron a los niveles previos a la pandemia en 2021, después de mejorar el año anterior.
Los deterioros en el indicador de los crímenes de la delincuencia organizada estuvieron impulsados por aumentos en las tasas de extorsión y narcomenudeo, que aumentaron 11 por ciento y 6.2 por ciento, respectivamente.
Ahora bien, en este sexenio el crimen organizado se sirvió del gobierno para fortalecer y expandir su poder; lo preocupante es que, si se sigue permitiendo esta expansión, en 2024 el narco ya no necesitará de un gobierno para hacer lo que quiera, porque el siguiente gobierno será impuesto por ellos.
*Especialista en Seguridad Pública, instructor certificado en Derechos Humanos por el CICR, presidente de la Asociación Civil Deltas, Desarrollo de Liderazgo y Talento.
Maestro en Juicios Orales
Contacto: silverado_hr@hotmail.com
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