La Familia | Familias reflexivas
“Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás”
Susana Sánchez*
Dentro de las capacidades más valiosas que podemos inculcar a nuestros hijos, está la capacidad de reflexión y de proyección, de la cual se dice que es: “el hecho y efecto de considerar algo con detenimiento”. Una reflexión es también una advertencia, un comentario o un consejo que pretende influir en alguien. La RAE nos dice que reflexionar es: “pensar con profunda atención”.
De tal modo que cuando somos personas reflexivas, es muchísimo más fácil tomar buenas decisiones, pero actuamos con sabiduría, con miras más altas y más lejanas que si solo reaccionamos.
Si nosotros nos ponemos a pensar antes de actuar, reflexionando sobre las cosas que suceden y pensamos en la mejor manera de resolverla, es casi seguro que atinamos a la solución. La reflexión es fuente de conocimiento y nuestro medio más seguro para ayudarnos en la incertidumbre y encontrar respuestas desde simples hasta complejas.
La reflexión es un acto personalísimo del pensamiento de la persona, es totalmente racional, exclusivo del ser humano, por tanto, es lo que más nos caracteriza como tal.
En el pensamiento, todo individuo cree saber qué es lo mejor, pero para llegar a él se necesita como condición “sine qua non” la reflexión. Esto es, que lo que más me conviene a mi o a los demás es fruto de una personalidad madura que tiene la capacidad de utilizar el raciocinio y no solamente dejarse llevar por el impulso.
Ahora bien, la reflexión nos ayuda en un sinnúmero de actividades a lo largo de nuestra vida, nos ayuda a organizar nuestros pensamientos, a comunicarlos, a aplicarlos y a comprenderlos. Además, profundizamos en temas trascendentes y a tomar decisiones acertadas sobre la vida propia y de la de los demás. Se puede reflexionar de absolutamente todo.
Con la reflexión evaluamos las opciones y los factores que se nos presentan y actuamos con juicio, con decisión, con conocimiento. Es un ejercicio de introspección que nos lleva a deliberar en conciencia sobre asuntos importantes de nuestra vida.
Los hijos necesitan, desde pequeños ser reflexivos, aprender a pensar, a poner atención a las cosas, a valorar puntos de vista, a ver la realidad desde ángulos diferentes y a ponderar sus opciones para poder ir creciendo como personas.
Para lo anterior, es muy valioso siempre invitarlos a pensar sobre cómo se verán en 1 año, en 5, en 10 con las decisiones que en el presente están tomando, de manera que, al presentarles un panorama de su futuro, sepan discurrir sobre si es eso precisamente lo que quieren para ellos. Esto aplica para todas sus decisiones, desde que comer, ir a una fiesta y tomar, hasta que estudiar o con quien compartir su vida. La proyección es un tema del que también hablaremos con más detalle.
La práctica reflexiva tiene ciertas condiciones; necesita de tiempo, de espacios de silencio, de meditación, de tranquilidad, de introspección, de claridad, de datos precisos sobre el tema y porqué no, también de distintas opiniones ya que, aunque es un ejercicio personal, no es en absoluto un ejercicio solitario, tener personas juiciosas que dirijan nuestra reflexión ayuda muchísimo en la práctica de la misma. Es aquí donde nuestro papel de padres toma una importancia decisiva a la hora de guiar a nuestros hijos.
La clave está en que, una vez reflexionando, sepamos actuar con para poder tomar acciones sensatas, con un sentido común desarrollado y equivocarnos lo menos posible, de manera que tengamos conciencia de nuestros actos y de las consecuencias de los mismos.
En fin, reflexionar es lograr un equilibrio en pensamientos, acciones y sentimientos, a fin de disfrutar cada momento, vivir en paz con uno mismo y los demás, experimentar una paz y una felicidad que solo se adquiere cuando nos comportamos más como personas que como animales.
Personalmente, los invito a todos a reflexionar en estos días de Semana Santa, tan importantes para los cristianos, haciendo de este ejercicio un esfuerzo por adquirir mayores valores y virtudes que mejoren nuestra relación con Dios.
*Maestra en Educación Familiar
*Las opiniones plasmadas son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.