Radar económico y financiero | Replicar las buenas prácticas en el uso del agua
“Dicen que para resolver un problema primero hay que reconocer que lo tenemos: ¡todavía existen muchas personas que no tienen conciencia que el agua se puede acabar si no la cuidamos!”
Raúl Rodríguez Márquez*
El agua es indispensable para el desarrollo sostenible de nuestro país. De su disponibilidad depende no sólo el desarrollo económico, sino la posibilidad de reducir la brecha de desigualdad que se acentúa en las comunidades rurales y periurbanas que hoy tienen comprometido el abasto del recurso.
La mala o buena gestión del agua impacta de manera directa en la producción de alimentos, en la salud de los ecosistemas y las personas, en la generación de energía y en la producción de bienes y servicios. De allí que en escenarios de escasez y sequía, como los que atraviesa actualmente el país, se cuestione los distintos usos que se le da al recurso.
Para poner en contexto los usos que se le asignan al agua, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional del Agua, de todo el recurso disponible que se consume en el país, el 76% se usa para el campo; el 15% se usa para el abastecimiento público, 5% para la generación de electricidad, sin considerar las termoeléctricas y 5% se usa para los sectores industrial y de servicios.
Sin embargo, las bajas eficiencias en los distintos usos del agua contribuyen a agravar los problemas de escasez, pero sobre todo la competencia por los recursos disponibles entre los distintos usuarios, situación que se intensificará en los próximos años como consecuencia del cambio climático.
Hay muchas áreas de oportunidad para reducir el desperdicio de agua en los distintos usos. Los más prioritarios sin duda son el sector agrícola, en donde se estima se pierde entre el 50 y el 60% del recurso. Pequeños y medianos productores agrícolas gastan mucha agua y la desperdician a través de sistemas no eficientes de riego, es decir, aún se hace riego por inundaciones y hay poca transición al riego por goteo. Es urgente la tecnificación del campo.
Por otro lado, hay un brutal desperdicio del agua en las redes de distribución para los hogares que registran una tasa promedio de fugas del 46%, por lo obsoleto de las tuberías.
El sector industrial es el que ha presentado mayores avances en la gestión del recurso. Si bien falta aún promover el intercambio y reúso del agua, y disminuir los niveles de contaminación en sus descargas, las cifras de eficiencia son un referente a nivel mundial en sectores como la producción de cerveza y de bebidas embotelladas. Del universo de concesiones para la industria autoabastecida, sólo 2% corresponde a las otorgadas para la fabricación de bebidas.
De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC), se ha logrado una importante disminución de la cantidad de litros utilizados en planta para la producción de cada litro de bebida. Mientras que en 2008 se utilizaban 2.12 litros, en 2021 se consumieron 1.4 l por cada litro de producto en el promedio de la industria. Esta reducción de 34% ha sido producto de inversiones en tecnología, innovación de procesos y sistemas de prevención de fugas, entre otras medidas.
Otro ejemplo importante es el de la producción de cerveza, ya que las plantas productoras más eficientes en materia hídrica en el mundo se encuentran en México al utilizar sólo 2.5 litros de agua por litro de cerveza producido; la media internacional está entre los 4 y 6 litros, siendo un referente a nivel internacional.
Las buenas prácticas que se han alcanzado en los sectores productivos son sin duda un ejemplo a replicar, y del cual debe ampliarse a la mediana y pequeña industria, a través de políticas, programas y acciones que permitan transitar hacia un manejo integral del agua.
Tenemos la oportunidad de implementar acciones importantes para tecnificar el campo, para ampliar el tratamiento de aguas residuales y para promover el reuso del líquido. Acciones que deben estar orientadas a proteger los ecosistemas, áreas naturales y fuentes de agua, como principales abastecedores de agua para todos los usos y usuarios.
El reto del agua es ya una problemática del presente, que requiere atención y toma de decisiones y acciones inmediatas de todas las partes con una perspectiva de largo plazo, de lo contrario, enfrentaremos cada vez más problemas y complejidades con grandes afectaciones a las personas, comunidades y regiones, así como al desarrollo económico y social de nuestro país.
Analista político y financiero
Presidente del consejo consultivo del agua.