La familia | Más valores por favor

La familia | Más valores por favor

“Una persona puede causar mal a otros no solo por sus acciones, sino también por su inacción. En cualquier caso, es justamente responsable ante ellos por el daño”.

 

Susana Sánchez*

Sobre valores y virtudes del ser humano hemos hablado bastante en esta colaboración porque para es importantísimo promover actitudes y capacidades que nos hagan mejores personas que permeen en la sociedad, que nos permitan empatizar, preocuparnos y ser más solidarios con los demás.

Hemos repetido también que los valores universales son esas ideas que conforman una ética, una moral y una manera de vivir que se comparte en la mayoría de las culturas, hemos mencionado listas interminables de valores, desde los más esenciales hasta los más complicados de adquirir.

Los valores son como el aire que se respira, son tan indispensables como el agua, nos permiten reconocernos a nosotros mismos como seres dignos, capaces de mejorar y de trascender. También configuran nuestra forma de pensar con nuestra forma de actuar y nos ofrecen medios a través de los cuales vivir de acuerdo a nuestros principios.

Saber qué valores nos mueven nos ayudan a establecer prioridades en nuestra vida, desde cómo elegir bien, cómo educar, que actividades realizar, como formar nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, como gestionar nuestras emociones, etc.

En las épocas que nos está tocando vivir, vemos la imperiosa necesidad de replantearnos qué estamos haciendo como familia para inculcar, transmitir y vivir los valores más básicos y generar la paz que todos anhelamos en nuestras ciudades.

Hemos visto con cierta apatía, perdida del asombro y costumbrismo, como poco a poco nos acomodamos a la vida como se presenta sin mover un solo dedo, haciendo comentarios de tristeza y de lamentaciones, pero hasta ahí.

Se nos olvida que la formación en valores se da primera y primordialmente en casa, en el núcleo familiar y con naturalidad y sencillez, viviendo como si la seguridad nacional dependiera de lo que hacemos en nuestras casas y siendo muy corresponsables y serios para combatir la violencia, los malos tratos, la soberbia, la subjetividad, el personalismo y el sarcasmo entre nosotros.

La sensibilidad para reconocer la urgencia de trabajar por adquirir valores es necesaria para poder saber que nos corresponde como familias involucrarnos seria responsablemente en formar a nuestros hijos, estableciendo estrategias que nos hagan más humanos.

Sin esta sensibilidad, el trabajo que realicemos será ineficaz, podremos tener hijos exitosos, felices, triunfadores, pero no buenos, y buenos para algo, que es lo que más necesitamos hoy en día.

Yo invito a todos los lectores a reflexionar con seriedad sobre el trabajo que cada uno hacemos en nuestras casas por fomentar valores, por mostrarlos sin miedo, por involucrarnos en adquirir una sociedad mejor y más buena de la que tenemos; los que vienen detrás de nosotros la merecen.

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