La Familia | Fomentar un pensamiento crítico
“Cuando encuentres que estás del lado de la mayoría, es hora de hacer una pausa y reflexionar”
Susana Sánchez*
En nuestra constante tarea por formar hijos buenos y felices, la formación de un criterio propio es importantísima, tanto para cuando llegue el momento de tomar decisiones de vida, como para la cotidianeidad. Este consiste básicamente en la capacidad que tenemos todos los seres humanos para analizar y evaluar la información que tenemos respecto a un tema determinado, buscando la veracidad y la conveniencia en mi vida de dicha información para alcanzar una idea clara al respecto, seleccionando y eliminando sesgos externos que nos puedan influenciar. Esta habilidad nos dota de una capacidad razonable para ser eficientes, hacer juicios de valor, analizar y evaluar datos, tomar decisiones y resolver problemas.
El pensamiento crítico nos deja decidir con libertad y autonomía, los hijos, y nosotros mismos podemos aprender a establecer prioridades, a elegir el bien mayor, a responsabilizarnos de nuestras decisiones y a asumir nuestras consecuencias, buenas y malas.
En estas épocas en donde escuchamos que todo mundo hace esto o aquello, muchas veces corremos el peligro de solo hacer lo que los demás hacen, sin que esto represente siempre algo bueno. La influencia que nos presentan las redes sociales y sus mensajes pueden hacernos creer que lo que hace todo mundo está bien porque todos lo hacen y nada más alejado de la realidad.
El peligro está en actuar como todos y no pensar por nosotros mismos, haciendo por moda, por comodidad o por conveniencia cosas que no nos hacen reflexionar y que nos pueden dañar.
Existen varios indicios que indican la urgente necesidad de fomentar el pensamiento crítico en los hijos, hay estudios como el de la consultora Nielsen Norman que revela que “los niños tienen graves dificultades para diferenciar los contenidos informativos y de entretenimiento de los Banners publicitarios cuando navegan por internet; incluso estos nativos digitales no saben juzgar la credibilidad de una fuente, identificar la autoría de una información o comprobar si un perfil de Facebook o Twitter esta verificado o es falso.”
Como padres, está en nuestras manos el dotar a nuestros hijos de un pensamiento autónomo para que sean capaces de formar su propio criterio, tener sus propias opiniones respecto a temas controversiales y vivir de acuerdo a su propio pensar.
Fomentar y provocar un pensamiento autónomo es no imponer nuestros criterios y dejarles decidir con autonomía, siempre y cuando su integridad física, emocional, espiritual y psicológica no esté en peligro. También ayuda enseñarles a diferenciar entre lo importante y lo secundario, incitarles a analizar los pros y contras de las cosas, a estar bien informados, brindándoles un entorno de creatividad, curiosidad y apertura.
Hay que darles a los hijos tiempo y espacio para pensar, proporcionarles oportunidades donde puedan desarrollar su amor por el conocimiento, ayudarles a comprender, fomentar la argumentación, transmitirles valores fundamentales, dejarles decidir con autonomía y profundizar cuando veamos que siguen existiendo dudas.
Al final, lograremos tener hijos con una mente más abierta, con un cerebro activo que les permita tomar decisiones correctas, resolver problemas, llegar a soluciones concretas, elegir con libertad y conseguir vivir de acuerdo con su propia personalidad, en fin, hijos auténticos, plenos y seguros de sí mismos.