La familia | El poder de la oración en la familia

La familia | El poder de la oración en la familia

“La prosperidad y felicidad recaen sobre las familias que en Dios nunca dejan de confiar”


Susana Sánchez*

Todos hemos experimentado en múltiples oraciones la necesidad de pedir oraciones por alguna circunstancia difícil de nuestra vida, una enfermedad o accidente, algún problema familiar o económico, alguna dificultad, en fin, que nadie estamos exentos de malos momentos en nuestra vida. 

También es importante la oración en los buenos momentos, cuando sentimos que todo va bien en nuestras vidas, acordarnos de Dios siempre nos trae beneficios incontables como personas y como familias.

Se ha demostrado que la oración en familia trae beneficios al espíritu, pero increíblemente también a nuestra salud, mejorándola, reduciendo el estrés, aumentando la confianza en Dios y en el núcleo familiar y mejorando la comunicación y relación entre padres e hijos.

Todo tipo de oración nos ayuda a desarrollar una relación con Dios, esto trae bendiciones y paz a nuestros hogares, ya que relaja la tensión y trae felicidad duradera a la familia.  Investigaciones en psicología y sociología han demostrado que las familias que rezan se muestran más unidas, más felices y más saludables. Además, la oración familiar acrecienta las virtudes de la paciencia, la amabilidad, la humildad, la comprensión y el perdón, entre otras.

La oración es la más poderosa y eficaz arma de la lucha espiritual, es poderosa no por nuestras propias fuerzas sino porque depositamos nuestra confianza en quien todo lo puede resolver.  Es recoger dentro de ti toda tu fe y esperanza para expresarle a Dios lo que tu corazón tiene, tus necesidades, anhelos, deseos y peticiones para que El, las escuche, las acoja y las solucione de la mejor manera, conforme a su voluntad.

Independientemente del modo de hacer oración, cuando la hagas, Dios te tiene presente a ti y a tu familia, los invita a todos a acercarse más y más a Él, a buscarle, a encontrarle, a amarle y a confiar, lo cual los hará a todos más unidos.

Y orar no es otra cosa que hablar con Dios, y qué mejor que hablar con El de tu familia y haciéndolo parte de ella, fortaleciendo el amor familiar, bendiciendo a tus hijos y a las futuras generaciones. 

Cuando ores con tu familia, recuerda siempre ofrecer esa oración expresando agradecimiento, poniendo en sus manos las necesidades familiares, los planes y proyectos que tienen en común y particularmente, pidiendo las bendiciones que tú, tu esposo y tus hijos necesitan, hablando de las personas que tienen relación con la familia.

Los frutos de la oración en familia son incontables, cuando tú y tu familia oran, todos reciben gracias especiales de confianza, de luz y de guía, además de la fortaleza para soportar las pruebas y desafíos que destruyen y separan a las familias, Dios derrama abundantemente sus bendiciones sobre todos los del hogar y pueden llenarse del amor de Dios por la propia familia y por aquellos que los rodean. Una familia que está llena del amor de Dios, Él no la abandona nunca.

Y tú, ¿ya estas orando por y con tu familia?


*Maestra en Educación Familiar


**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.


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