La familia | El patriotismo mexicano
“Los papás somos el vivo ejemplo donde se reflejan nuestros hijos…”
Susana Sánchez*
Hace un par de años escribí esta columna, siempre con el ánimo de abonar a una mejor vida llena de valores y a una familia mexicana unida y valiente a la hora de vivir el sentimiento patrio.
Desafortunadamente, el propósito de los educadores por sembrar la semilla del amor por México no ha sido del todo bien abonada, bien plantada o cuidada, las generaciones futuras no terminan de entender la importancia del amor a México.
Con la esperanza de que no se pierda, repito estas líneas, negándome a dejar de creer en que los mexicanos tenemos la valentía y la determinación de hacer de nuestro país uno mejor, pero también con la zozobra de lo que pase si no reaccionamos y no enseñamos a nuestros hijos a amar su patria y con la tristeza de que este 16 de septiembre hay poco que celebrar.
Podemos describir el patriotismo como ese sentimiento que tenemos por nuestra tierra natal, ligado por valores como el afecto, la cultura y la historia y que nos ayuda a sentirnos parte de una patria, que nos capacita a vivir plenamente nuestro compromiso como mexicanos y que nos inculca el respeto y la defensa de nuestros símbolos patrios, nuestra admiración a nuestros héroes y nuestra lealtad a los nuestros.
Los padres tenemos la responsabilidad directa de mostrar a los hijos las maravillas de nuestro país y de explicarles el concepto de patria y el respeto hacia ella, lo cual formará en ellos un sentido ético y moral que los lleve a ser mejores ciudadanos.
Desde niños, el sentimiento de amor por nuestro país y la celebración de sus fechas importantes deben ser vividas con emoción, con intensidad, con actitud positiva y con la intención de trasmitir de generación en generación la hermosa y vasta historia que tenemos en nuestro país.
El amor a la patria se vive, en su cultura, sus tradiciones, en sus costumbres, en sus fiestas, en su gastronomía, en sus canciones, su folclor, sus calles, y en sus vestidos, entre muchas otras cosas.
Las primeras manifestaciones de patriotismo incluyen el hablar bien de nuestro país, el vivir las tradiciones de cada región, el respetar los símbolos patrios, adornar con respeto con la bandera nuestra casa, el saberse el himno nacional, el respetar las reglas y a las autoridades de nuestro país, el ser amables con los que viven cerca de nosotros y en saber que cada uno tiene una responsabilidad de hacer un mejor lugar donde vivir.
Siempre podemos aprovechar para platicar con ellos de la historia de nuestra familia, de las tradiciones locales que nos dan pertenencia, el saber de dónde venimos, el saber que somos lo que muchos patriotas, antes que nosotros han luchado y se han esforzado por hacer una nación fuerte.
Los papás somos el vivo ejemplo donde se reflejan nuestros hijos, por lo tanto, es importantísima la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, así que, si ellos nos ven practicando y participando activamente en el bienestar de nuestro país, ellos lo harán también a su tiempo con naturalidad.
El valor del patriotismo les ayudará además a reforzar su autoestima, porque se sentirán orgullosos de su patrimonio cultural y entenderán que en este México tan grande existe una diversidad de personas y costumbres que merecen ser aceptadas, respetadas y amadas. Tendrán además un aprendizaje ético que los acompañará toda su vida y les ayudará a tener conciencia de lo que le pasa a nuestro país, esto resultará en más valor para enfrentar cada mañana los retos sociales que tenemos cada uno.
Involucrarnos en la vida social y política de nuestra patria logrará conseguir un mejor lugar para vivir, del cual nos podamos sentir orgullosos y podamos disfrutarlo. Ojalá que aun estemos a tiempo de priorizar nuestra participación y vivir en un lindo México. Que de verdad Viva México.