La familia | El lenguaje en el ámbito familiar
“Cuando cambiamos la forma en que nos comunicamos, cambiamos la sociedad”.Clay Shirky
Susana Sánchez*
En diferentes ocasiones he mencionado la importancia de una comunicación efectiva, eficaz y congruente en el ambiente familiar, esto nos dará como resultado una adecuada interpretación de los mensajes que estamos transmitiendo y una fluidez y correcta recepción de los mismos.
Como ya lo hemos dicho, la comunicación familiar es uno de los principales aspectos que marcan la salud emocional de la misma.
Ahora bien, si ya hemos tocado en esta colaboración muchos temas sobre cuales hablar en familia, aunque nunca agotaremos los contenidos, también es importante la forma en la que comunicamos lo que queremos transmitir.
Decía Epícteto que tenemos dos orejas y una boca para poder escuchar tanto como hablamos. Comunicarnos con nuestros hijos, familiares y amigos va mucho más allá de decir lo primero que se nos viene a la cabeza, implica saber escuchar, saber transmitir y, sobre todo, no hacer daño.
Para poder comunicar asertivamente es importante el mensaje y también la forma en la que lo decimos, es decir, la forma también es fondo, si queremos conectar hay que cuidar cómo decimos lo que queremos decir y escoger con cautela las palabras, los ademanes, los gestos y las maneras.
Y esto no significa que no seamos sinceros al comunicar, por el contrario, quiere decir que estamos siendo cuidadosos al hablar para poder transmitir todo el amor que nuestra familia merece.
El lenguaje familiar no debe basarse en insultos. Ni siquiera “de broma”. Debe basarse en el afecto y todos aquellos aspectos positivos de los que somos capaces los seres humanos al expresarnos. Nadie nace aprendido y todos necesitamos afecto. Especialmente cuando se nos corrige u orienta en algo que nos cuesta.
La descalificación es totalmente innecesaria y, si al caso vamos, infructuosa, solo consigue infundir temor, ahondar las inseguridades y abrir una brecha en las relaciones desde temprana edad.
En primer lugar, lo ideal es evitar un mal uso del lenguaje del núcleo familiar. Los insultos, las amenazas y cualquier otra forma de castigo o maltrato verbal no deben utilizarse. No obstante, si ya ha ocurrido y queremos corregir, lo más recomendable es aplicar estrategias que nos aseguren una adecuada comunicación y mantenerla en las siguientes ocasiones en que hablemos.
Algunas de estas estrategias, además de la ya mencionada de eliminar los descalificativos, pueden ser: pensar antes de hablar, detenernos un instante antes de hablar impulsivamente pensando en las consecuencias que pueda traer nuestra forma de hablar.
También puede ayudar aprender a respirar profundamente antes de hablar, reemplazar las expresiones de maltrato con afecto, habitándonos a expresar más las emociones y sentimientos positivos y pensando en los ya mencionados lenguajes del amor, sabiendo cuál lenguaje es el que habla la persona con la que estamos tratando.
Si al día de hoy nos hemos valido de un lenguaje familiar malsano, nuestros hijos pueden desarrollar un mal concepto de nosotros y esto puede generar distanciamiento a largo plazo, además de otros efectos negativos. Esto nos puede dar ocasión para convertir lo malo en bueno, sabiendo reconocer los propios fallos, asumiendo responsabilidades y pidiendo disculpas, si es que hemos hablado mal o hemos herido a los nuestros, lo cual nos ayudará a crear un entorno más saludable para nosotros mismos y quienes están a nuestro alrededor.
Para comunicar, debemos hablar buscando siempre un tono de sencillez, sin interrogatorios ni forzando la comunicación, sin regañar si algo no nos gusta y sin asustarnos si el tema se torna difícil o nos lleva a un punto en el que no coincidamos, sino escuchando con cariño, con una actitud de apertura y con paciencia.
Es súper importante recordar que, en la familia, lo que tú no comuniques, otros lo harán por ti, así que en temas delicados es mejor siempre llegar antes a correr el riesgo de que alguien te gane lo que tienes que decirle a los que amas.
Recuerda que es muy importante saber hacer un uso óptimo del lenguaje del núcleo familiar. No solo para que nuestros hijos tengan un buen referente de relaciones interpersonales, sino para que tengan un verdadero bienestar, desde temprana edad, que les permita crecer y desarrollarse sanamente, siendo muy felices en el hogar en donde les tocó nacer y crecer.
*Maestra en Educación Familiar
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.
