La Familia | Educar y formar
“La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser”
Susana Sánchez*
A propósito del regreso a clases y la incertidumbre que ha levantado el contenido de los libros de texto y la confusión y polarización que este tema ha generado, me he puesto a reflexionar acerca de que es lo más conveniente hacer como padres de familia.
Considero que nuestra postura debe ser, por supuesto, la de procurar darles a nuestros hijos la mejor educación que esté en nuestras manos, pero ante la imposibilidad de que el Estado actual nos garantice la educación que queremos para ellos, somos nosotros quienes debemos tomar la batuta y no esperar a que alguien más nos solucione.
Es cierto que debemos levantar la voz ante lo que nos parece incorrecto o injusto, soy de las primeras que me manifiesto ante lo que va en contra de la libertad y de la verdad siempre, pero no basta con quejarnos y con hablar de lo mal que están las escuelas hoy en día, de nada sirve criticar en lo público o en lo privado sobre el real atentado a la verdadera educación que se está haciendo con este nuevo plan.
Por supuesto que estoy en contra de ideologías que les limiten su conocimiento, tampoco estoy feliz con los garrafales errores de gramática o de contenido de los mismos, me aterra la idea de pensar que mis hijos puedan crecer con ideas equivocadas o que tomen por absolutos conceptos que distorsionen su formación, sus valores, que les impongan una visión única del mundo o que los distraigan de lo verdadero e importante.
El bien mayor a preservar aquí es justo la educación y la formación de nuestros hijos, y es aquí donde debemos preguntarnos, ¿qué significa formar? ¿qué debo hacer yo desde mi posición de padre de familia? y ¿cómo puedo garantizar que mis hijos aprendan lo que realmente les haga mejores personas en el futuro?
¿QUÉ ES FORMAR A UNA PERSONA?
La formación conlleva un proceso de transmisión no solo de conocimientos, sino de ideales, valores y creencias que permean hasta llegar a la identidad de la persona. Esto quiere decir que formar se trata de influir de tal forma en alguien, que se logre pasar de ese deber ser a un ser por convicción y voluntad propia.
Esto es educar y formar, son conceptos complementarios pero cuya esencia es distinta, cuando educamos, solo transmitimos conocimiento, en cambio, cuando formamos abarcamos todos los ámbitos de la vida, les damos a nuestros hijos no solo las herramientas, sino también los valores que les hagan capaces de llevar una vida plena, a su entera satisfacción, buscando no solo que sean exitosos sino sobretodo buenos, y eso, queridos padres, no se lo va a dar la escuela ni los maestros sino nosotros, involucrándonos a fondo en su vida, siendo muy comprometidos con todo lo que tenga que ver con sus intereses, su identidad, su voluntad, su afectividad, sus planes, sus ideales y su trascendencia.
El proceso formativo de un ser humano es totalizador, prepara al hombre para ser un ser social donde se agrupa toda su unidad como persona, su integralidad, es así, que la palabra educación se queda corta a la hora de formar.
Claro que debe preocuparnos lo que nuestros niños aprenden en la escuela, pero también debe preocuparnos con quien se juntan, que ven en el teléfono, cuantas horas del día estamos totalmente disponibles para ellos, que les transmitimos y, sobretodo, que ejemplo les damos, porque todo esto será lo único que contrarreste en corto lo mal que pueda estar todo lo demás.
Entonces, creo yo que por un lado debemos exigir una mejor educación al Estado, pero haciendo lo propio al interior de nuestros hogares, la tarea requiere papás valientes que quieran lo mejor para sus hijos y segura estoy que todos mis lectores entran en ese círculo, así que, ¡mucho ánimo!
*Maestra en Educación Familiar
*Las opiniones plasmadas son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.