La Familia | De lo impensable a lo legal
“Como todos los bienes valiosos, la verdad es a menudo falsificada”
James Cardinal Gibbons
Susana Sánchez*
En estas épocas, parece como si muchas veces las cosas que antes eran totalmente absurdas e incluso irracionales, ahora, para introducirlas se comienzan a mencionar como posibilidad, como tendencia, como moda o como una opción más. Pasamos de lo impensable a lo legal y aceptado.
Y es que, desde la familia, tenemos el deber de tener conversaciones incomodas sobre temas de actualidad que nos permitan hablarles a los hijos con toda la verdad y no con verdades a medias como lo hacen los medios y las redes sociales.
Los cambios, cada vez más constantes y frecuentes, se nos presentan a una velocidad que los hace casi imperceptibles y nos vamos acostumbrando a ellos, perdiendo cada vez más la capacidad de reacción y de asombro. Son tantos los cambios que muchas veces terminamos perdiéndolos de vista. Nos está pasando lo que, a la rana, que cuando la ponemos en una cubeta de agua hirviendo, inmediatamente salta, pero que, si la depositamos en agua a temperatura ambiente, la rana no ofrecerá resistencia y si vamos calentando el agua lenta y constantemente, la rana, sin darse cuenta, terminará hirviendo.
Estos cambios nos hacen muchas veces perder la noción de lo bueno y lo malo, de lo que debe cambiar y lo que debe permanecer, abogando a la tolerancia, a los supuestos derechos humanos y a valores relativos y subjetivos, personalizados y sujetos al capricho y preferencia de solo unos cuantos.
Como afirma Peter Senge en su libro la quinta disciplina somos sujetos de la parábola de rana hervida: “En esta sociedad posmoderna de la tolerancia en la que vivimos, como en la parábola de la rana hervida, no nos hemos dado cuenta, que nuestra comunidad no tiene ideales fijos y, como resultado, tampoco una clara división entre el bien y el mal, pues vivimos en un relativismo galopante, en una sociedad permisiva, donde impera el menor esfuerzo con el mayor placer posible, y donde además el consumo y el poseer es lo que dicta el éxito de las personas.”
Y es así como nos encontramos con temas como la pedofilia, el canibalismo, la pornografía, la violencia normalizada, el incesto, el aborto, los vientres de alquiler, la prostitución, la legalización de la droga, la eutanasia y muchos otros que, en principio deberían provocar escándalo y rechazo, que no son permitidos y son mal vistos por casi todos.
En este contexto, hablemos de la “Ventana de Overton”, una técnica que permite cambiar la actitud popular de conceptos considerados totalmente inaceptables, volviéndolos con el tiempo aceptables y hasta agradables, consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir un cambio radical sobre determinados temas,
Evgueni Gorzhaltsán, fue uno de los primeros en explicar este tema y plantea cómo quienes se enfrentan a la ventana de Overton sufren cambios radicales en su manera de pensar sobre determinados temas. No es en sí un lavado de cerebro sino una exposición pequeña e imperceptible hacia determinado tema, que lleva a la persona a tolerar algo que en principio es inaceptable a normalizarlo.
Esta técnica consta de 5 etapas:
Primera etapa: de lo impensable a lo radical.
Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable.
Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato,
Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular
Quinta etapa: de lo popular a lo político
La ventana de Overton tiene un sin número de aplicaciones, para lograr el cambio de paradigmas en temas impensables. En mi próxima colaboración ahondaré más en este tema que siento, es importantísimo no pasarlo por alto.
Tolerar, sugerir y aceptar conductas erróneas, de escándalo o contrarias a la naturaleza humana a fin de normalizarlas no tiene nada de normal ni de bonito.
La pregunta aquí es: ¿seremos lo suficientemente inteligentes para reaccionar ante estos hechos? o ¿nos dejaremos llevar por tanto cambio? y como la rana de la parábola terminaremos hervidos.
*Maestra en Educación Familiar
*Las opiniones plasmadas son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.