La familia | Cuando los hijos nos necesitan
“¿Pero, qué necesitan los hijos de los padres?”
Susana Sánchez*
En principio parecería que el título de este artículo resulta irónico ya que los hijos siempre necesitamos a los padres, todos necesitamos de todos y requerimos de los demás para subsistir, y si bien en una edad temprana incluso para sobrevivir, lo ideal es que poco a poco ellos se vuelvan seres independientes y autosuficientes. En el caso de los hijos esto se hace aún más patente ya que somos los padres los responsables de darles las herramientas necesarias para afrontar la vida.
El amor de padres es el más poderoso y desinteresado de todos, el instinto protector hace que nos salgan alas para volar hasta donde estén cuando tienen alguna contingencia o necesitan de nuestro consejo o ayuda. Y nosotros debemos estar siempre disponibles y atentos a esas necesidades para que ellos se sientan seguros y confiados de que siempre tendrán una columna fuerte de donde se puedan asir en tiempos difíciles.
¿Pero, qué necesitan los hijos de los padres? En principio podemos decir que necesitan eso, una imagen paterna y materna, los hijos necesitan identificarse con alguien de su mismo sexo para poder construir su propia identidad.
También necesitan héroes dignos de imitar, ya que, como hemos dicho en otras ocasiones, la observación de cómo los padres enfrentamos la vida educa mejor que cualquier sermón. Requieren también papas valientes y educadores en valores, disciplina inteligente para corregir sus errores antes de que sea demasiado tarde, protección para, mientras crecen y saben cómo defenderse de las dificultades de la vida ser protegidos y alejados del peligro. Necesitan seguridad en su camino para andar con paso firme de la mano de quienes mejor lo cuidan, hasta que ellos mismos estén preparados para soltar esa mano.
Del mismo modo los hijos necesitan de los padres la libertad y la confianza para tomar sus propias decisiones con una guía firme donde les mostremos las diferentes opciones que tienen y las consecuencias de sus elecciones y también requieren independencia para saber vivir esa libertad con responsabilidad.
Por último, y lo más importante, los hijos necesitan mucho amor, amor entre los padres y amor hacia ellos, demostrándoles con expresiones físicas y emocionales lo mucho que se les ama a través de besos, abrazos, juegos y caricias asi como con palabras, afirmaciones de orgullo y de satisfacción, frases de cariño y miradas constantes de aprobación, confianza y afecto. No imagino papás a los que nos cueste trabajo este rubro, es cuestión de escuchar más al corazón.
Un hijo siempre requerirá de sus padres y los padres siempre debemos estar ahí. Nunca debemos subestimar ni minimizar las ocasiones en que nos piden nuestra atención porque, aun cuando sean adultos, muchas veces necesitaran no solo nuestro aliento o consejo sino de nuestra presencia física. Hay que estar prestos para acudir cuando nos necesitan, atentos a sus gritos silenciosos, a sus reacciones, a sus preguntas y a sus llamadas de auxilio. Siempre con los sentidos externos y con los del corazón.
Al final, los roles se invertirán y serán ellos los que cubran todas estas necesidades, y es ahí donde pondrán en práctica lo aprendido y vivido. Eso, es trascender.