La familia | Creciendo en familia

La familia | Creciendo en familia

“La familia es demasiado íntima para ser preservada por el espíritu de la justicia. Puede ser sostenida por el espíritu del amor, que va más allá de la justicia”

Reinhold Niebuhr


Susana Sánchez*

Biológicamente, la familia es el lugar donde todo ser humano crece y se desarrolla, socialmente es donde aprende a ser la persona en la que se convertirá el resto de su vida.

El contexto en el que vive es indispensable para un sano desarrollo y la familia es el espacio idóneo para ello.

La identidad de cada persona se va desvelando con el trascurso de los años, y es en el núcleo familiar donde la persona lo es en sí misma, individual, única e irrepetible. Cada uno de nosotros no está llamado a realizarse en solitario, sino dentro de un grupo al que pertenezca por completo y con quien tenga afinidad.

Este grupo, la familia, es el mejor potenciador de las virtudes humanas; desde pequeños, es en casa donde aprendemos los valores que nos harán mejores personas, desde aspectos básicos de educación, orden, disciplina, responsabilidad, hasta los más sublimes como la alegría, la generosidad, la bondad, la verdad y el amor. En fin, crecemos no solo biológica y socialmente, crecemos en nuestro interior y nos convertimos en la mejor versión de nosotros mismos cuando nuestro entorno familiar es el correcto, cuando nuestros valores interiores se encuentren en correspondencia con nuestro diario vivir.

La familia no debe ser un obstáculo para la realización personal, sino mas bien una catapulta que nos haga llegar muy lejos en nuestras aspiraciones, siempre acompañados de quienes más nos quieren, contemplando en nuestro proyecto personal a quienes están más cerca.

Es por eso por lo que, a la hora de buscar nuestro crecimiento personal, nuestros planes deban tener su origen y causa en la familia.

Además de que es un compromiso crecer en el conocimiento interno de cada uno de los de nuestra familia y ayudarles también a ellos a obtener su crecimiento personal con nuestro testimonio y ejemplo de vida, con preparación y un interés sincero por cada uno de los nuestros, creando y promoviendo actitudes y comportamientos positivos que defiendan, preserven y enriquezcan la unidad de la familia.

Es entonces, cuando todos los miembros del núcleo familiar crecemos en valores y virtudes, cuando podemos hablar de una familia plena y feliz donde todos se preocupan por todos y todos vamos caminando en el mismo sentido de ser valiosos entre nosotros mismos y hacia los demás.

El crecimiento familiar resulta del crecimiento personal y el adecuado desarrollo que hace que todos nos sintamos importantes y además parte importante de un todo más grande que es la familia.


*Maestra en Educación Familiar


**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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