Hablemos de seguridad… y algo más | Una sociedad con justicia en la legalidad

Hablemos de seguridad… y algo más | Una sociedad con justicia en la legalidad


“En una construcción sencilla, lo que entendemos por legalidad es aquello que es permitido bajo el sustento de un marco de derecho”


Diego Varela de León*


El tema de la inseguridad podría decirse complejo y que obedece a un sinfín de factores, tanto internos como externos; en nuestros días, es el tema de temas.

Sin temor a la equivocación, la solución es más sencilla de lo que pudiera parecer, si tan solo todos hiciéramos lo que nos corresponde, hablando en términos de emociones, actitudes y valores proactivos y asertivos, encaminados a una cultura de la legalidad.

En una construcción sencilla, lo que entendemos por legalidad es aquello que es permitido bajo el sustento de un marco de derecho y, por justicia, establecida dialécticamente por la filosofía del derecho. La entendemos por “lo que debe ser”, velando por los intereses de todas las personas morales o físicas, o lo que es lo mismo, define el marco de derecho en que se deben mover a la legalidad.

Entonces, en teoría, la legalidad se norma con base al marco de la justicia y esta última es quien establece los criterios relativos a los derechos, obligaciones y pertinencias, tanto de los individuos, como dentro del ámbito social.

“La Justicia es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones. La justicia se representa por una mujer con los ojos vendados, con una balanza en una mano y una espada en la otra, mejor conocida como la diosa “Themis”.

Para Kelsen, la definición sobre justicia dice: “La justicia es para mí aquello bajo cuya protección puede florecer la ciencia, y junto con la ciencia, la verdad y la sinceridad; es la justicia de la libertad, la justicia de la paz, la justicia de la democracia, la justicia de la tolerancia”.

De entre tantas acepciones que se le han dado a la justicia, podemos decir que es la virtud moral que nos inclina a dar a cada cual lo que le pertenece como propio. El objeto de esta virtud es el derecho objetivo, aquello que se debe a otro por estarle vinculado en fuerza de unos títulos naturales o adquiridos legítimamente; de igual forma, la justicia es la capacidad de vivir en la verdad con el prójimo, siendo esta la virtud más elevada. Es necesario que el hombre sea objetivo, ya que solo siéndolo puede ser realmente justo. Todo hombre bueno y justo.

Platón decía que “La justicia aristocrática, como armonía social, propone que los puestos de mando lo lleven los mejores de la sociedad”, es decir, los más sabios. Por otro lado, Aristóteles decía que “la justicia, como igualdad proporcional, es dar a cada uno lo que es suyo, o lo que le corresponde”. Dice que lo que le corresponde a cada ciudadano tiene que estar en proporción con su rango social y sus méritos personales. También nos habla sobre el justo medio en las cosas y el modo de vida.

Santo Tomas de Aquino asentó que: “la Ley Natural dice que los ciudadanos han de tener los derechos naturales, que son los que Dios da. Estos derechos son más tarde llamados Derechos Humanos. La Escuela Clásica asentó que: crea una idea de los derechos naturales del hombre distinta a la idea teológica. Establecerá que los derechos naturales del hombre se fundan en principios axiomáticos racionales de modo matemático.

La teoría de la justicia se sustenta en el “principio de la correspondencia”, es decir, del “pertenecer”. Es justo algo en cuanto a uno le corresponde.

Así, Ulpiano definió a la justicia como la voluntad de dar a cada uno lo suyo. En efecto, la justicia implica dar a cada uno lo suyo, o sea, darle lo que le corresponde; no obstante, esta situación de dar no comprende la esencia exacta de la justicia, toda vez que “dar” a cada uno lo suyo, esto es la justicia, para alcanzar el bien común, no es el equivalente del poseer cada uno lo suyo, es decir, la justicia completa, ya realizada, no como medio.

La Justicia, entonces, no es un medio para alcanzar el bien común, sino que es en sí mismo el bien común. Así no es un proceso dirigido a buscar el bien común, sino es él en sí mismo. La justicia es una situación ideal a la cual aspira llegar el hombre en general, de lo cual podemos hablar de un estado o de una situación íntegramente regida por esta virtud. Esa situación es la manifestación del bien común, es decir, en donde los seres humanos conviven en armonía, puesto que tienen lo que les corresponde o lo que deben tener. Y si cada hombre, teniendo lo que le pertenece, armoniza sus pretensiones con sus semejantes que, claro está, también tienen lo que les pertenece, de aquí se deriva la armonía de la convivencia o del bien común.

Así, es esencial tener presente que la justicia en su esencia exacta no se trata de una cuestión filosófica de “dar”, que por lo demás no se sabe ni a quien, ni el porqué, sino de una situación de “estar” conforme a lo ideal de la aspiración, es decir, la armoniosa convivencia, o dicho de otra manera “estar” en esa situación, “teniendo” lo que se debe “tener”, esto es lo que le “corresponde”.

La justicia es la virtud fundamental, la cual establece una armonía absoluta y permanente en las relaciones sociales. El ser humano solo podrá lograr una convivencia ideal, o sea una situación de bien común con todos sus semejantes, en cuanto sus relaciones estén sustentadas en la justicia.

La justicia como categoría importante y trascendental no puede conceptualizarse ni definirse, pues al hacerlo estaríamos limitando su contenido y/o esencia.

La justicia importa reflejar una aproximación a su noción como virtud rectora de la convivencia ideal del hombre, lo que se encuentra en la idea primigenia del “corresponder” y concluimos que, entonces, si las circunstancias son de “estar” en esa situación equitativa, y “tener” lo que cada hombre debe “tener”, formando así la convivencia ideal, la noción de la justica es, en síntesis, la virtud más sublime, construida idealmente, de tener cada uno lo que le corresponde.



*Libre pensador, amante de la lectura, la música y el deporte



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