Andar las vías | Una canción para Melina
“La bella Melina Merkouri perdió la nacionalidad, pero nunca su deseo de seguir luchando por sus ideales políticos”
Luna Morena*
Por entrevistas que he visto y escuchado en la radio, la televisión y medios de información escritos, me he dado cuenta de que la mayoría de las canciones interpretadas por los cantantes fueron inspiradas por un sentimiento no correspondido; por situación de abandono, por no ser compatibles y hasta por ser compañeros de vida.
En fin, sea cual fuere la situación conductual de la pareja, es motivo para que un compositor, ya diestro en esta creatividad, ponga en el aire lo que el público quiere escuchar.
Ambos géneros son los principales causantes de tristezas, alegrías, malquerencias, depresiones, desvelos, desilusiones y debilidades.
Sentires que, agregados a diferentes tonadas, llegan al gusto del público, que identificándose con la letrilla se sienten dueños, tanto que hasta memorizan la letra y al momento de cantar imitan al artista desde la voz, la mímica y sus muecas.
Muchas canciones con estas características han sido éxitos mundiales; demostrando así que, donde quiera existen los amorosos sentimentales, que quieren curarse de las penas cantando y con golpes de pecho, justo donde duelen los que se fueron, los que están lejos de su compañía, de sus suspiros, o los que por indecisos y tardados se quedaron mirando.
Para los creadores e intérpretes, seguro es bastante satisfactorio ser testigos de que sus temas se conviertan en éxitos, pero también llevan encima un compromiso grande e importante: que las siguientes composiciones sean mejor. Por eso se vuelven orejas hasta de lo que no les interesa, para tomar un punto de partida para su necesidad de escribir. Cuando de plano no encuentran esos alientos, se resignan a esperar a que la musa se haga presente. Por eso llevan consigo pluma y cuaderno de bolsillo, porque la musa llega de repente y, si no están preparados, corre y se va.
Desconozco qué hubiera hecho Camilo Sesto si aquella encantadora musa no lo encuentra prevenido. Hubiera pasado como de noche y la canción “Melina” no existiera. En los noventas ella era una exitosa actriz, y una destacada activista política griega. Siendo considerada como una opositora durante la dictadura de los llamados Coroneles, fue exiliada en Francia, teniendo que obedecer y respetar las reglas conocidas por ella.
En una, le advertían que no se le ocurriera regresar porque el trato no iba a ser igual.
La bella Melina Merkouri perdió la nacionalidad, pero nunca su deseo de seguir luchando por sus ideales políticos. Tuvieron que pasar varios años entre amenazas, discriminación e insolencias por parte de grupos contrarios, hasta que pudo volver a Grecia, sin perder el sentido de su batalla. Tanta fue su seguridad contra el dominio en Grecia; su resistencia y fuerza entre la lucha política, que logró ser nombrada ministra de Cultura.
Como nunca desistió de sus afanes ni claudico, a pesar de los riesgos que enfrentaba todos los días, el cantante español la tomó como fuente de admiración e inspiración y le escribe esta canción como un homenaje bien merecido a su insistente lucha política. Cuando terminó de escribir, aclaró que el tema no era una canción de amor ni tampoco una declaración, solo quería homenajear a una mujer que ni siquiera su mismo género había tomado en cuenta, a pesar de tener todo el poder en contra.
El artista dio a conocer dicha canción en 1975 y pronto fue del gusto del público, adoptándola como una melodía inspirada en el amor que el cantante sentía por Melina y, a la vez, por todas las Melinas.
“Has vuelto Melina, tus ojos reflejan el dolor y tu alma el amor. La huella de tu canto echó raíces, Melina, y vuelven a reír tus ojos grises, Melina”.
*Escritora, poeta y promotora y difusora de la cultura. Soy tres estuches de monerías y casi un montón de cosas.
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer.
