Hablemos de seguridad… Y algo más | La insoportable levedad de la inseguridad
“La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”
Benito Juáre
Diego Varela de León*
La prevención es y deberá ser por sobre todas las cosas la máxima condición de las entropías de inseguridad que se generan en los distintos espacios sociales, donde queda por demás claro que para tener mejores estadios en un tema de transcendencia, donde sin lugar a dudas se tienen que atender los factores generadores de dicha inseguridad, y tal vez podrá surgir la pregunta del porqué del título del presente esbozo y en una relectura que hice del libro la insoportable levedad del ser de Milan Kundera, historia que narra amor, celos, sexo, traiciones, muerte, debilidades y paradojas de la vida cotidiana de dos parejas cuyos destinos se entrelazan en la vida de teresa y tomas, y leía todas las vicisitudes que sufrió Teresa con su madre por lo ligero de la vida que llevaba y es en la educación que recibió, respecto a las normas sociales que, a la postre, le acarreó a Teresa todos los conflictos según trama de citado libro, o bien que decir de la novela “muñecas rotas”, donde prácticamente se delinea la educación de un psicópata.
Al igual recordaba una frase célebre del Benemérito de las Américas Don Benito Pablo Juárez García cita que: “La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos” y traduciendo esta frase a la inseguridad decimos que: “La seguridad representa la base fundamental de la convivencia, confianza y respaldo para la ciudadanía” pues indudablemente la seguridad es una condición que busca todo ser viviente en sus múltiples actividades individuales y colectivas para poder existir, desarrollarse y cumplir con sus propósitos; es decir la seguridad se conceptúa como un conjunto de medidas que se deben tomar en cuenta con la debida antelación para impedir todo incidente, que ponga en peligro la integridad física y patrimonial de una persona.
Sin duda la inseguridad tiene un enorme impacto en la sociedad; los costos y efectos de la violencia son un obstáculo para el desarrollo humano sostenible. La violencia se transmite de generación en generación y corremos el riesgo de normalizarla en la vida cotidiana, provoca el deterioro del capital social, disminuye la calidad de vida de las personas y crea desconfianza en las instituciones y en los procesos democráticos.
Por ello es que el tema de la seguridad necesaria e impostergablemente tiene que cambiar de situaciones reactivas a más proactivas, mediante varios instrumentos tales como la formación, capacitación y profesionalización del personal en general así como aquellos que tienen que ver con la atención a víctimas de violencia derivadas de las múltiples formas, entre las que podemos citar que es el principio de la gens de muchos problemas como son los temas familiares núcleo por demás importante para la formación del ser humano, pues es ahí donde inicia la educación, principios y valores en positivo para las niñas, niños y adolescentes que serán adultos y que de acuerdo a esta formación recibida en casa serán personas de bien y de provecho, pues al hombre se le educa o se le padece, y el desarrollo positivo del ser humano fundamenta su contenido en la construcción del aprendizaje y que a partir de este conocimiento a la postre sea capaz de enriquecerlo y desarrollarlo para beneficio y mejoramiento de las prácticas personales y sociales.
Y en esa semejanza que cito respecto a la crianza de Teresa, es importante señalar que las niñas, niños y adolescentes, que son víctimas o testigos de alguna violencia, frecuentemente presentan trastornos de conducta y dificultades en la vida. Las niñas y niños que aprenden en su hogar modelos de relaciones violentas, tienden a reproducirlos en futuras relaciones, perpetuando así el problema. Un alto porcentaje de menores con conductas delictivas proviene de hogares donde han sido víctimas o testigos de violencia crónica, al igual que un alto porcentaje lesiones graves ocurridos entre miembros de una familia con el desenlace de situaciones crónicas de violencia doméstica, y esta entropía social del delito solo la podremos mejorar si iniciamos por entender los conceptos donde no es lo mismo seguridad pública, que seguridad nacional, o bien que seguridad social, o seguridad humana, con la seguridad ciudadana aunque de alguna u otra forma se entrelazan pero tienen dimensiones distintas, y hoy en día y lo asienta la ONU la seguridad debe ciudadanizar entre la colaboración de instituciones y sociedad para mejorar las entropías de inseguridad que se viven y padecen. Y estas y varias razones más son por las cuales el problema de violencia en sus distintas manifestaciones no puede ni debe seguir siendo entendido como una cuestión simplista o enfocada a un solo factor estratégico,sino atender todas las dimensiones que esto encierra como un problema que nos afecta a todas y todos en la comunidad.
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