Hablemos de seguridad… y algo más | Entre los buenos deseos, la intención y la realidad
“Una gota de lluvia puede atravesar una piedra, no con violencia, sino con la constancia” (Hugh Latimer)
Diego Varela de León*
Diciembre es un mes propicio para los buenos deseos e intenciones por todo el significado que encierran en sí mismas las diferentes festividades religiosas que trae consigo este mes, como el día 12 de diciembre, la nochebuena del 24 para amanecer el 25 con el nacimiento del niño Dios, el año nuevo y día de reyes, estos deseos son tan variados como el bajar de peso con la famosa dieta, el ahorro, la superación personal y colectiva, el portarse bien entre otros tantos, y estos deseos e intenciones que evocamos en diciembre y postergamos hasta enero, en su mayoría están cargadas de una buena dosis de esperanza misma que si no es fecundada por la fe y las acciones, poco o nada podremos conseguir, y podremos asimilar estas ideas del cómo influyen en el tema de la inseguridad y encontraremos que buena parte del origen de las entropías sociales las generamos nosotros mismos y permean en nuestro entorno.
De lo anterior y aunado a esos buenos deseos e intenciones estamos ciertos que para la construcción de una comunidad de paz y armonía, es cosa que concierne a todas y todos, y sin el compromiso nunca empezaremos, y sin la perseverancia jamás terminaremos, por tanto hay que trabajar y esforzarse, sin rendirse jamás, porque una de las mayores amenazas de esos buenos deseos e intenciones sin duda es el dicho fácil del aquí no pasa nada, amén de la comodidad que no nos permite avanzar en el progreso que las dificultades traen consigo.
Y entre tantas cosas que tenemos que hacer para cambiar nuestras entropías sociales, es que Nunca debemos rendirnos, Nunca debemos decir que no podemos, de una vez por todas debemos reflexionar profundamente y reconocer lo que hemos hecho mal para resarcirlo y mejorar y exaltar lo que está bien, debemos tener miras altas, necesitamos amar más y odiar menos, debemos soñar con metas firmes, porque sueños sin metas son solo sueños, y estos tendrán que ser fecundados por el compromiso, la constancia, el esfuerzo, la disciplina y un arduo trabajo que nos lleven a cristalizar nuestros más puros sueños y anhelos, porque nunca es tarde para empezar, porque como toda terapia es difícil de empezar, si queremos ver la luz del otro lado del túnel y aliviar nuestros entornos causados por nuestras conductas, hay que ir a la raíz de todos nuestros problemas, miedos, ansiedades y residuos sociales como el consumo de drogas y alcohol que dañan al hombre y que no nos dejan avanzar, ciertos de que para lograr nuestros deseos y buenas intenciones hay que hacer un pacto endulzado por el compromiso, constancia y disciplina, sazonado con mucho trabajo y compromiso de instituciones y sociedad en el tema de la prevención que encauce el devenir social. Y en esta idea de ir a la raíz de nuestros problemas tal como lo hace el terapeuta cuando nos hace ver y entender que nadie nos hace sentir mal, que nadie nos hace sentir enojados o tensos, que esa es una responsabilidad de cada quien el decidir cómo manejamos nuestras emociones y como nos queremos sentir cuidando nuestros pensamientos, temperamentos, iras y egos, cuando entendamos que lejos de culpar a los demás de nuestras propias decisiones encausadas por nuestras emociones que sin duda son una responsabilidad de cada quien, pues la mejor motivación es y deberá ser siempre el impulso desde el interior basados en la constancia, con un alto grado de disciplina dedicados en hacer todos los días un porciento mejor de lo que éramos el día anterior.
Y encaminados en el mismo tenor hacemos alusión a un proverbio que para muchos es de origen árabe aunque igual algunos lo atribuyen al filósofo griego Aristóteles y al final de día como dijera mi abuelo haiga sido como haiga sido la frase reza que “los hombres somos dueños de nuestros silencio y esclavos de nuestras palabras”, en semejanza a la responsabilidad consiente de que nuestros pensamientos se traducen en actos y que de estos cada uno es responsables de la construcción de círculos virtuosos de paz y armonía, orientados a la prevención y seguridad en todos los ámbitos sociales y que el único camino asequible que tenemos deberá estar basados en el trabajo, la constancia, esfuerzo en toda la compleja trama de vicisitudes antisociales, pues todas las dificultades lejos de ser problemas deberán de ser incentivos para seguir adelante, manteniendo una actitud llena de expectativas en la confianza positiva de que los deseos y las intenciones basados en la constancia, la disciplina y el trabajo que todo lo vencen, conseguir como sociedad esa anhelada seguridad, paz y armonía social.
*Amante de la música, la lectura y el deporte.
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