Hablemos de seguridad… y algo más | Día de finados

Hablemos de seguridad… y algo más | Día de finados


“Honrar su memoria es un compromiso de los deudos, aparejado a la actuación y tributo a lo que en vida forjaron”



Diego Varela de León*


Una festividad que tiene sus raíces en la herencia de nuestros antepasados y que en todo nuestro país, año con año, se festeja es el Día de Muertos o finados; algunos que acaecieron en fechas muy señaladas para sus deudos y que tuvieron la oportunidad de acompañar en su última morada y algunos muchos miles de deudos aun sufriendo la penuria y la zozobra de la vida, en una búsqueda incesante ante la desaparición del ser querido que, por la estadística, sin duda ya forman parte de nuestros fieles difuntos, pero sin la gracia de la santa sepultura, muchos cientos de los que ahora ya no están en este plano terrenal por muerte natural, otros por el tema que nos dejó la pandemia, y otros más por temas de inseguridad, un tema que en varias ocasiones ocupa las primeras planas de los diarios locales y nacionales, tema que para algunos doctos en la materia afirman que la seguridad es un problema de desarrollo humano.

Una inseguridad que se manifiesta en distintas aristas de nuestra cotidianidad, producto de muchos factores y que, solo por citar algunos, como la pérdida de valores y el aprecio por la vida, en una muestra palpable de nuestra indolencia ante el dolor humano, en lo que muchas ocasiones nos mostramos ajenos ante situaciones indeseables que atentan, incluso, con nuestra propia supervivencia.

La seguridad pública es una condición preponderante para el funcionamiento de cualquier sociedad y que, sin duda, se convierte en uno de los principales criterios que pueden asegurar la calidad de vida de los seres humanos, razón por demás suficiente para procurarla para todos.

La seguridad publica en las instituciones policiales debería de ser la primera misión que les impere la difícil tarea de procurar una seguridad optima, pues, de manera permanente, las 24 horas del día de los 365 días del año, hombres y mujeres que de igual manera son ciudadanos como todas y todos, y que ellas y ellos emanan del pueblo y para el pueblo, pero con roles distintos, realizan una labor por demás compleja, no solo por lo delicado en todas sus características; aunadas a estas, se postra la propia condición humana y que no terminamos por entender que la seguridad no solo es un tema de las propias instituciones de seguridad, sino de todas y todos.

El Estado hace todo lo necesario ante el reclamos justo de la ciudadanía de una seguridad más eficiente y eficaz, y tal vez algunos cuantos no terminemos por entender que el problema de la seguridad publica debería de ser un asunto de todas y de todos, en cada ámbito de nuestras vidas, para forjar comunidades de paz y de armonía, y si el día de hoy que estamos recordando en general a nuestros fieles difuntos y, en particular por temas de inseguridad, el año que entra no sea ninguno a los que tengamos que recordar en esta circunstancia, y que sea en vida el disfrutar del olor de ese ramo de flores, sea pues este esbozo un tributo a los que en vida lucharon por procurar más seguridad para nuestras comunidades y que el esfuerzo que hicieran en vida en el cumplimiento de sus deberes y tareas inherentes a su empleo policial, o castrense, no haya sido en vano; eso, dependerá de todas y todos.



*Libre pensador, amante de la lectura, la música y el deporte


**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a nuestros lectores.


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