Bibliósfera | El viejo sin mar
Ni por mar ni por tierra encontrarás un camino
que conduzca a los hiperbóreos.
Friedrich Nietzsche
El Anticristo
Un hombre puede resistir todo,
excepto el peso de las palabras.
Ernest Hemingway
El viejo y el mar
Joseangel Rendón
En estas fechas (de estiras y aflojas sociales, carencias de poder y robos en despoblado) me ha dado por pensar que Zacatecas no tiene una historia ganadora. Alguien dijo que ciudades enclaustradas entre cerros, carentes de un horizonte probable y consecutivo, causan en sus habitantes una cierta agorafobia que les impide salir en busca del Hiperbóreo y encontrar otros futuros posibles. No me lo crean, pero también es el efecto de vivir en una ciudad sin mar.
En esta ciudad sin salida vive un hombre sin dioses qué adorar, sin verdadera raigambre por sus raíces pétreas, pero que se niega a salir en busca de su futuro. Eso me recuerda a Santiago, el veterano pescador de El viejo y el mar de Ernest Hemingway, pero también las razones de El Anticristo, de Friedrich Nietzsche.
Repasemos la historia: Zacatecas no participó en la independencia ni la revolución. En la Toma de Zacatecas nosotros pusimos los muertos. Un día después del 23 de junio del 1914 la ciudad tenía la mitad de habitantes. Los ganadores cavaron grandes fosas comunes y se largaron con la plata que encontraron. No ha habido un presidente de la república zacatecano (salvo el leve triunvirato, que no cuenta). Los pequeños héroes del todo han tenido que emigrar de estas tierras en busca de la hiperbóreapara ser diferentes. Somos un estado norteño (región de progreso) más pobre que las entidades sureñas. Haciendo a un lado el orgullo, podríamos decir que somos unos jodidos conformistas (sin mar ni sueños).
En la mitología griega, Hiperbórea era una región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al norte de Tracia. Su nombre proviene del griego ‘más allá del norte’. Los hiperbóreos son miembros de un pueblo que vivía en una región de sol perpetuo.
Para Grecia el mar era un elemento muy importante que rodeaba todo su mundo y tenía su propio Dios: Poseidón, y un sinnúmero de leyendas. Platón describía así a los griegos: “Como ranas nos hemos establecido en torno a este mar (El Egeo)”. Su destino navegó entre monstruos marinos, sirenas y dioses del mar, náufragos y ahogados. En el mar griego nacieron cosas hermosas, como Afrodita, pero también pesadillas inolvidables. El mar ha sido origen del sueño de zarpar en busca de lo desconocido para lograr la gloria. Pero en Zacatecas no tenemos ese mar que hizo que Santiago tomara su barca para enfrentar a muerte al destino. El conformismo, pues.
El Anticristo Nietzscheano es la obra famosa por la frase “Dios está muerto”, pero que en realidad abre la interrogante al cristianismo conformista en tres postulados para una búsqueda de la felicidad: 1. El cristianismo es el vicio más perjudicial de la humanidad. 2. El nihilismo es el primer paso para erradicar el mal provocado por el cristianismo. 3. El superhombre es el ideal al que debería aspirar la humanidad. Así lo resume Luis Reyes en su ensayo sobre esta obra.
Para Nietzsche, el hombre hiperbóreo es la máscara de Dioniso, y anuncia su llegada a partir de la reflexión del lenguaje, la tragedia y la figura del anticristo. Este ser es el sentido de la tierra, encamina la dirección cultural del ser humano y justifica la creación de valores nobles por medio del instinto artístico. Hacia allá hay que ir. Pero eso reclama esfuerzo. Salir de nuestra concha.
El viejo y el mar, sin tanto rollo metafísico y más frases de “echarle ganas”, es uno de los relatos más bellos jamás escritos: Un viejo pescador (Santiago) emprende su última travesía de pesca (después de 85 días malísimos) y logra dar con una gran pieza contra la que tiene que luchar duramente. Cuando por fin consigue matarla, se ve obligado, por su desmesurado tamaño, a atarla a un costado de la barca, y de regreso a la costa debe afrontar los ataques de los tiburones a su pieza. La vejez, el mar, la lucha del hombre con la naturaleza, el esfuerzo físico, la derrota y la victoria, el sol del trópico o el destino son algunos de los elementos con que Hemingway teje esta verdadera historia inmortal, que es la mejor metáfora de nunca rendirse.
En El viejo y el mar, Hemingway ofrece una profunda reflexión sobre la lucha por la vida y la angustia de los fracasos. Aborda enfrentar los límites del destino y el coraje de los seres humanos para seguir adelante a pesar de las adversidades. Es una novela clásica que vale la pena leer, ya que nos reclama a todos a luchar por nuestras metas. Aquí diez frases de esta obra que nos pueden motivar:
El mundo era tan hermoso que era una pena no nacer dos veces para verlo.
Para lograr algo grande, uno debe tener mucha paciencia y resistencia.
Cuanto más luchas, más fuerte eres.
Aprende a escuchar el silencio, porque es lo único que no te mentirá.
Cada hombre tiene su propia dignidad, y no puede comerciar con ella.
La vida no es siempre fácil, pero hay que seguir adelante a pesar de todo.
No hay nada peor que la muerte de un sueño.
Tener éxito no depende de si eres afortunado o no, depende de lo que hagas con la suerte que tienes.
El coraje es el comienzo de la esperanza.
Es mejor cometer un error con honestidad que lograr el éxito con engaños.
La paciencia es una virtud que cada hombre debería cultivar.
Bueno, son once, pero estos pensamientos nos ayudan a salir del estatismo que las autoridades, los “malaleche” o todo el negativismo mediático nos pone enfrente para detener o apagar nuestros sueños a su conveniencia.
Este viejo sin mar navega en su propio magma imaginario, donde a veces se ahoga o se desintegra, pero la mayoría de las ocasiones rescata una historia digna de contarse. La imaginación es el mar de las neuronas. Pensemos más allá de lo que nos quieren hacer creer… y así llegaremos más lejos.