Andar las vías | Una persona tóxica está sola porque no se lleva bien con nadie

Andar las vías | Una persona tóxica está sola porque no se lleva bien con nadie

“Cortemos relaciones con aquéllos consanguíneos que lejos de reunirse para bien, lo hacen con la viva intención de pelear…”

Luna Morena

Nunca será agradable recibir en tu casa a un familiar todo amargado, eternamente enojado, queriendo pelear contigo, por cualquier comentario que uno le pudiera hacer.

Parientes así con los engranes desconectados, ni tantito gusto me provoca que me estén visitando, ni aunque se le ocurra hacerse el chistosito para caer bien y agradar como familiar cercano que es. Cualidad que por más que la trabaje, nunca se podrá llevar bien con ella, puesto que nació con la gracia volteada, sin caridad que valga y con dentadura fría.

Esos parientes que siempre están a la defensiva por sentirse atacados ante cualquier comentario que uno pudiera hacerles. Que si cámbiate de zapatos, que si tu manera de vestir peca en lo ordinario, que si evita tus gritos si no hay ningún motivo para una expresión así, que no estás en tu casa para que te pongas a gritar ya con el vivo deseo de iniciar la pelea. Consanguíneos que tienen estos arranques, y que nos cuesta trabajo estarlos toreando, mejor de lejecitos; porque no somos, ni seremos cementerios de las amarguras de nadie; ni siquiera del familiar cercano, que vive peleando con la vida queriendo desquitarse con los parientes que puede visitar.

Ante situaciones así, es mejor y más sano irse retirando del pariente amargado que nada le parece bien, no importa que la sociedad nos haya condicionado a creer en la familia, porque esta debe ser el vínculo espiritual que nadie debe romper. Solo que esto de permanecer unidos en familia, y poder practicar una convivencia sana y feliz, a veces no es posible, porque muchas de las veces, el negrito en el arroz llega echando a perder la buena voluntad que tenemos de mantenernos juntos.

Mejor poner distancia de por medio, por nuestro bienestar, y por nuestra salud, porque los familiares que son así, suelen enfermar la paz y la armonía que hemos ido construyendo al interior de nuestros hogares. Cortemos relaciones con aquéllos consanguíneos que lejos de reunirse para bien, lo hacen con la viva intención de pelear; mostrando un protagonismo malo, creyendo que con esto, tendrá un respeto y una admiración sobresaliente por parte de todos los consanguíneos.

Mejor distanciados que incómodos, mejor cada quien en su casa, que estar soportando a la parentela tóxica e insocial; continuamente preparados para las batallas que les pudieran aparecer, por su muy particular manera de marchar. Hace más daño un integrante tóxico entre la familia, que un amigo o un conocido; por eso la importancia de cortar cualquier tipo de relación con los consanguíneos, que no saben  respetar la individualidad personal de cada integrante de la familia, y solo llevan a todos lados su clima incomodo e inestable. Si se ha intentado integrar al tóxico familiarmente y este no abandona su mundo; es necesario poner tierra de por medio, y poner otras medidas para mantener una óptima salud mental y un excelente equilibrio emocional, además de poderlo contar a quienes más confianza les tengas.

 

 

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