Andar las vías | Primero Dios, antes de gastar en nada por nada
“No dudo que existan personas con el don de poder observar lo invisible a nuestros ojos”.
Luna Morena*
El horóscopo, los planetas, las cartas, el café; y no sé cuántas cosas en esta línea continúan siendo procuradas por aquellas personas necesitadas de una pizca de atención, y deseosas de escuchar algo bonito, algo que las mantenga ilusionadas. Tanto que ni siquiera se dan cuenta que su economía tan difícil de obtener, se la están regalando a un grupo de gentes, que viven a costa de todas esas carencias emocionales que deambulan por ahí con la vista caída y los dientes helados; contando y recontando su vivir triste, su mala suerte, su falta de amor, el no tener una pareja de vida y más comentarios de este calibre como si fuera promoción encargada.
Por supuesto que siempre habrá quien preste atención a las quejumbrosas, porque además no andan en esta vida en secreto, ni de incógnito y menos callando su pesadumbre emocional; al contrario, echándola al aire cada vez que encuentran un oído sin perfil parental, vecinal, ni conocido; sabiendo el aburrimiento ya familiar ante su eterna cantaleta, de andarse tirando para que una alma caritativa llegue a levantar semejante actitud de mártir.
Y las “almas caritativas” claro que aparecen justo en esas necesidades, porque están por todos lados, acechando ese lado vacío y desocupado de la humanidad; ya tan leído y escuchado por ellos (videntes, curanderos, gitanos, húngaras) que hasta saben bien el tonito para expresarse, los movimientos para caminar, y el volumen de la voz para cautivar al quejilloso. Se trata de que esos clientes queden satisfechos y sin ninguna duda, para que puedan regresar cuantas veces sean persuadidos.
Tanto es el colmillo de quienes viven ofreciendo sanidad con su variedad de objetos, que con una miradita al aspecto disecado y a la enjuta estructura de las personas; en un sonar de dedos las tienen entre sus manos, bien dispuestas a todos sus consejos, sin importar lo que cuesten sus apreciaciones. Su fin es convencerlas para que no suelten el hilo, porque de hacerlo, el futuro maravilloso que les han anunciado los astros, los planetas y las estrellas; se puede cortar sin remedio y en el camino se puede perder lo que para su bienestar han estado trabajado; entonces adiós felicidad, adiós progreso, y adiós maravilloso futuro. Y pues seguirán en las mismas andanzas, en el mismo desconsuelo, y hasta peor. Ante advertencias como esta, hubo quien empeñó sus pocas pertenencias hogareñas, pero serviciales para su quehacer cotidiano, y para aminorar el cansancio y el tiempo en el quehacer de casa.
Respeto a quienes se dedican a esta actividad, porque cada quien es libre de dedicarse a lo que puede, a lo que desee. También respeto a todos aquéllos que acuden en busca de estos servicios, porque con su dinero pueden consultar a quienes quieran. No dudo que existan personas con el don de poder observar lo invisible a nuestros ojos; pero aguas con aquellos que mientras te dicen todas las bellezas que quieres escuchar, te advierten lo que te puede suceder si desistes continuar las consultas; dejando claro que la ayuda venía disfrazada de un interés monetario, nunca de una acertada solución.
Es estas condiciones, importa mucho la fuerza de voluntad de cada individuo para desprenderse de aquello que lo está consumiendo y quitándole sus energías indispensables, sus energías vigorosas, sus energías básicas. Muchos en su desesperación caen en manos de quienes no tienen idea para aminorar esos decaimientos, olvidándose totalmente de Dios; único que sabe lo que nos pasa, porque él nos formó, nos conoce, y sabe dónde y cómo estamos viviendo. Habrá quienes se anuncien como grandes ilustrados, predictores del futuro, curanderos sanadores, pare de sufrir, que usan objetos para ayudarse en sus consultas; pero quien tiene el poder ante todo es Dios.
*Escritora, poeta y promotora y difusora de la cultura. Soy tres estuches de monerías y casi un montón de cosas.
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer