Andar las vías | Nuestros hijos son nuestros, no son de la calle
“Los papás somos los responsables de crear buenos ciudadanos, de no hacerlo; otro delincuente, drogadicto, ladrón, será enlistado entre las filas del hampa”
LUNA MORENA*
Nuestros hijos son de nosotros; por lo tanto, somos responsables de su educación, de su manutención y de la atención que sin escatimar debemos darles en nuestros hogares.
Aprovechemos esos ratos que les aparecen estimulando sus deseos de comunicarse, de contarnos las inquietudes y todo aquello que por su edad está experimentando. No importa lo que estemos haciendo, ni lo apremiante que pueda ser, nunca nada será mejor que atender a nuestros hijos y darles el abrazo, la serenidad tal vez en esos minutos necesitada.
Cuidado cuando sin muestras de cariño los enviamos a la cama, a encerrarse a su cuarto y permanecer ahí hasta que deje de andar con tonterías; cuando lo que buscan es desahogar sus desesperaciones y que mejor que lo hagan primero con nosotros sus papás; eso quiere decir que les inspiramos la confianza que ellos necesitan; por lo tanto, alimentemos su tranquilidad, su pasividad y su buen funcionamiento.
Cuando les negamos nuestra charla, buscan con urgencia lo que pueda remediar esa sentida falta y su primera opción es la calle y lo que puedan encontrar ahí.
Claro que encuentran mucho donde platicar hasta compartir sus cuitas, sus telarañas emocionales. Pero además de esto, vienen los peligrosos estímulos que los hace sentir en un esparcimiento nunca visto ni sentido en el entorno familiar. Es ahí donde nos cae el veinte y es donde buscamos con insistencia la conversación que tantas veces nos negamos a tener con él. Tan fácil que era hacerlo, pero lo convertimos por nuestro gusto en lo más difícil de nuestra relación entre padres e hijos.
Al sentir el rechazo familiar ellos se refugian con aquéllos "compas" que bajo un puente, una finca destruida, un cuarto abandonado, los recibieron con los brazos abiertos; mostrándoles la confianza, la amistad, el afecto tan necesario cuando sus sentidos no tienen nada direccionado.
Así encuentran la familia querida que los escucha, los arropa, los comprende y les complace sus gustos. Mientras quienes los engendraron se desesperan, se angustian en sus casas analizando formas de rescatar al muchacho, que para nada los toma en cuenta.
Era y es tan sencillo amenizar convivencias entre familia más cuando el joven les indicaba los momentos y los horarios; pero no hubo disposición de nadie en el entorno familiar y se fue donde encontró eso y más.
Los papás somos los responsables de crear buenos ciudadanos o no, de no hacerlo; otro delincuente, drogadicto, ladrón, será enlistado entre las filas del hampa.
Nuestros niños son de nosotros, no los mandemos a la calle, a llenar su ser de lo que en estos tiempos estamos padeciendo.
*Escritora, poeta y promotora y difusora de la cultura. Soy tres estuches de monerías y casi un montón de cosas.
*LAS OPINIONES PLASMADAS EN LAS COLABORACIONES SON RESPONSABILIDAD DE CADA AUTOR, ASÍ COMO SU ESTILO DE ESCRITURA. ECODIARIO ZACATECAS SÓLO ES UNA PLATAFORMA DIGITAL PARA DARLAS A CONOCER A SUS LECTORES.