Andar las vías | La importancia de agradecer los favores
“Los favores, por muy pequeños que estos sean, no dejan de ser grandes favores, aprendamos a ser agradecidos con nuestro prójimo y a valorar que si no hubiera sido por su ayuda y su buena fe, nuestra necesidad no se hubiera solucionado”
LUNA MORENA*
La mayoría de los seres humanos cuando nos hacen un favor; nos dicen palabras bonitas o nos ayudan con diversas actividades; acostumbramos agradecer por todas sus atenciones con la palabra ya conocida y acostumbrada por todos: gracias. Y nosotros respondemos felices de la vida a veces sin mirar un poquito a quienes nos están agradeciendo: de nada.
Dicha frase viene a decir que todo aquello que hicieron por nosotros al momento de necesitarlo, carece de todo valor, de toda importancia, de toda estimación y no cuenta con nada de valoración, para detenernos a saludar a quienes al momento de la necesidad nos dieron la mano.
Contestar de esa forma es como restarle energía e importancia a esos agradecimientos que nos están dando; es como quitarle algo de corazón a lo que hicieron por nosotros; es como restarle a esa buena voluntad su fuerza, su agrado y su satisfacción.
Nuestra respuesta debe llevar implícita la importancia que nos ha dejado la dedicación de su tiempo a favor nuestro, así como la disponibilidad para ayudar y el gusto a su solidaridad; porque no es nada sencillo encontrar personas desprendidas, personas dispuestas a confiarnos parte de lo poco que con trabajar y más trabajar han podido conseguir. Ahora sí que su trabajo les ha costado hacerse de una notoriedad meritoria, que no se les ha dado de la noche a la mañana, ni gritándole a barbas de oro, ni sentados a la sombrita de una esquina.
Las personas que se muestran dispuestas a ayudar, cuentan con una sensibilidad humanitariamente generosa, por lo que al momento de agradecerles la ayuda que en nuestra necesidad pudieran darnos, nuestra respuesta a su buena acción, a su buen corazón, no debe ser tan insignificante ni tan insustancial, como lo que acostumbramos responder cada vez que aparece la oportunidad.
Nos queda claro que con esa respuesta quedamos a deber en mucho a todo ese bien que nos facilitaron y que no lo encontramos en la primera puerta, menos en estos tiempos, cuando están a punto de una extinción inevitable.
El altruismo que muchos años atrás existía, en estos tiempos no queda nada, ni siquiera en mi comunidad, donde la gente tenía la costumbre de compartir víveres. Esto pasa porque nosotros mismos, estamos siendo los participantes principales de hacerlo desaparecer, y como tal, lo vamos heredando a nuestra descendencia, porque no les enseñamos a responsabilizarse de todos sus actos, compromisos y acuerdos que en el día a día se van agenciando. Por estas indiferencias y faltas de conciencias, la empatía ya no es lo que fue en la época de mis abuelos ni de mis papás; los pocos que de casualidad encontramos, suelen asegurarse de que aquéllos lerdos regresen lo prestado.
Los favores, por muy pequeños que estos sean, no dejan de ser grandes favores, aprendamos a ser agradecidos con nuestro prójimo y a valorar que si no hubiera sido por su ayuda y su buena fe, nuestra necesidad no se hubiera solucionado.
Entonces cuando nos digan gracias ¿Es buena respuesta decir de nada? ¿Es tan poco el valor que nosotros mismos le estamos dando a nuestro altruismo? El responder de nada, es nuestra respuesta luz, que según nosotros nos hace quedar bien, por eso la hemos convertido en la dirección del agradecimiento y la gratitud. Solo que esa contestación deja sin valor a tantas ayudas ocurridas todos los días.
*Escritora, poeta y promotora y difusora de la cultura. Soy tres estuches de monerías y casi un montón de cosas.
*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.