A q u e l a r r e | Se cataxifia del dedazo por la encuesta
El presidente no está dando la opción al pueblo de elegir al candidato de Morena, sino que está trazando el plan perfecto para armar el próximo gabinete con los mejores perfiles que tiene su partido hasta ahora
Tanya Ortiz*
Desde que Morena dio a conocer que habría candidatos elegidos mediante una tómbola, para unos comenzó una barbarie mientras que para otros se abrió la posibilidad a quienes difícilmente tendrían oportunidad de contender por un cargo de elección.
En el año 2015, Alfredo Basurto Román rindió protesta como diputado federal de Morena por Zacatecas y su nombramiento obedeció a que la suerte estuvo de su lado. También de la de Óscar Novella, quien tuvo la oportunidad de representar a nuestra entidad en la Cámara Baja.
Entonces hubo muchos reclamos de gente que, aseguró, ha trabajado muy duro con las bases, las estructuras de los partidos y siguiendo a sus personajes favoritos en aquello de cambiarse de un partido a otro, como para que cualquier persona que ni mérito tuviera, terminara con uno de los cargos más peleados.
Luego se vino la encuesta, así como el presidente Andrés Manuel López Obrador ha buscado que la gente sea la que elija, la que tome las determinaciones y que éstas no se decidan a nivel cupular en asuntos de la vida pública del país, dijo que también debía hacerse en el partido, para que lleguen las personas que tengan el mayor apoyo de la gente.
Esta decisión hace a un lado el tan conocido, llevado y traído “dedazo” que durante años fue el mecanismo utilizado por el hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuando comenzaban a verse algunos empresarios poderosos o secretarios de primer nivel –empezando por el de Gobernación, que casi desde que lo nombraban podía sentirse el próximo presidente del país- cerca del mandatario, era porque ya estaban haciendo méritos para que volteara a verlos.
Pues López Obrador, fiel a su añejo discurso de que el pueblo es el que manda, decidió que también en el partido que fundó, junto con otros tantos personajes –como el zacatecano Ricardo Monreal- habría decisiones que se tomarían considerando la opinión de la militancia y los simpatizantes.
Ahora que es presidente ya vimos que empezó a poner en práctica sus encuestas y varias decisiones de las que ha tomado, han sido “oyendo” la voz del pueblo, así que ahora, para darle la continuidad a su proyecto transformador de la nación, quiere garantizar que, de entrada, el candidato de Morena sea el que más apoye la gente, así tendrá más que seguro el triunfo en la jornada electoral.
Como veo las cosas es que el presidente no está dando la opción propiamente al pueblo de que elija al candidato de Morena –prácticamente al próximo presidente de la República- sino que, ya vistas varias reuniones con las llamadas “corcholatas”, se ha trazado el plan perfecto para armar el próximo gabinete con los mejores perfiles que tiene su partido hasta ahora.
Bajo este contexto, ¿Qué tan viable es entonces una encuesta para definir al próximo presidente si de cualquier forma el tan golpeado INE tendría que organizarla?
Se vienen las encuestas y aunque usted no sea militante de Morena, tal vez le toque responder. Y a todo esto ¿Qué opina de la encuestitis?