A q u e l a r r e | Los claroscuros en la información de seguridad

A q u e l a r r e | Los claroscuros en la información de seguridad

Esa información, dada a cuentagotas, seguirá manejándose de la misma manera, mientras haya leyes garantes de la inocencia de las personas y mientras sea puntual y específica en los procedimientos.

 

Tanya Ortiz*

En cada transmisión que se ve en las redes sociales, de cualquier página que usted prefiera y que en ella se dé cuenta de algún hecho de inseguridad, se puede observar la exigencia de los cibernautas de que se informe sobre los avances en investigaciones sobre hechos pasados, tanto homicidios dolosos, como personas no localizadas o desaparecidas.

Son muchas las personas que también exigen que se muestren los rostros de los presuntos culpables de algún hecho delictivo y reiteran un sentido reclamo ante la poca información relacionada con hechos de seguridad.

Incluso, hay comunicadores que se empeñan en saber sobre resultados de dichos acontecimientos, no entiendo si en afán de ganar una primicia o tratar de demostrar una capacidad reporteril que dista mucho de ser eficaz, eficiente y, sobre todo, profesional.

Esos claroscuros que tiene la información en materia de seguridad, han sido y seguirán siendo inaceptables para el grueso de la población, que desconoce de procesos, de procedimientos y en particular de las leyes que pone los límites en aras de procurar el principio de inocencia para los involucrados.

Pero no pueden ser iguales para los profesionales de la comunicación ni para quienes se jacten de tener seguidores en sus páginas, aun sin dedicarse de manera profesional a la difusión informativa –ya que ahora cualquier persona que tiene redes sociales puede ser “periodista ciudadano”- porque no debemos perder de vista dos cosas: por un lado, la responsabilidad social que tenemos y, por otro, las implicaciones legales que tiene la información que difundimos, tanto para el medio en que laboramos, como en lo personal y, sobre todo, para el asunto legal en sí.

Eso del “debido proceso” es un gran peso –por no decir gran piedra en el camino- que cargan las autoridades judiciales y obstruyen muchas veces las diligencias que deben realizar. No es desconocida la frase de “debemos garantizar el debido proceso”, para evitar que por una indiscreción, una actuación sin fundamentos suficientes o fuera de legalidad, las personas detenidas como presuntas implicadas en ciertos hechos, queden en libertad, con todo y que haya suficientes indicios para vincularlos a proceso.

Esa última parte no es fácil de entender y lo vemos justo en las redes sociales, cuando la gente reclama porque han quedado libres algunas personas si en tal o cual página dijeron que lo habían detenido en el lugar, con sangre en la ropa, con un arma en la mano, etc. Cuando los indicios llevan a las autoridades a creer que tiene grado de responsabilidad y, ya cuando acuerdan, están libres.

De ahí que las autoridades se resistan a dar la información que todo mundo exige, independientemente de que se trate de un asunto de interés público o de particulares que no hayan tenido eco en medios de comunicación, pero que no por ello sean menos importantes.

Esa información, dada a cuentagotas, seguirá manejándose de la misma manera, mientras haya leyes garantes de la inocencia de las personas y mientras sea puntual y específica en los procedimientos.

De lo único que sí reniego, es que se busque darles protagonismo a otras autoridades de nivel federal, en vez de informar primero a nivel local, donde la gente está interesada en los resultados…

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