A q u e l a r r e | Lo efímero que resulta la vida
Comer despacio, bocados pequeños, masticar con calma y no hablar mientras comemos son acciones clave para evitar un incidente como éstos en los que mientras puedes respirar, sientes que te vuelve el alma al cuerpo.
TANYA ORTIZ*
Los decesos de las mamás de tres buenas amigas en menos de 15 días y la muerte de un compañero fotoperiodista me han puesto a reflexionar sobre lo efímero que resulta la vida, sobre todo cuando la muerte llega a tocar la puerta de tu casa.
Solemos ver la muerte un tanto lejana, aunque llegue a familiares de personas muy allegados y, pese a sentir el dolor por nuestros amigos, por el cariño y la empatía, sigue sintiéndose lejana porque no ha tocado a la puerta, directamente a preguntar por alguien más cercano ni mucho menos a preguntar por nosotros.
Tal vez, amigo lector, le suene exagerado, pero sentirla a raíz de un ahogamiento con comida resulta increíble y hasta irrisorio, pero ver a la muerte pasar, sabiendo que pudo llegar a tocar a tu casa, preguntar por ti y llevarte, te das cuenta que la vida resulta tan efímera, como un atragantamiento ppr simple que sea.
Esos segundos o minutos que podrías tomarte en recuperar el aire, te hacen sentir que la muerte no sólo pasó por tu casa, sino que entró a preguntar por ti y divertirse contigo, como cocoreándote por tus pláticas que, como buen mexicano, hacen moda de ella, para que veas que como un tris te lleva sin miramientos.
Y qué efímera resulta cuando te das cuenta que no es necesario tener un grave accidente o una muerte tras prolongada agonía; tampoco que ser víctima de la delincuencia. A veces algo tan simple como una caída o un atragantamiento tiene graves consecuencias.
Son valiosos segundos los que hacen la diferencia entre la vida y la muerte. Unos minutos son cruciales para que podamos decir "me pasó..." a "le pasó... y ya no está entre nosotros".
La pronta y atinada reacción de quien esté contigo o cerca de ti, marca la pauta para decir que la sigues contando. No es exageración: ¡Qué efímera resulta la vida cuando no estás preparado!
Comer despacio, bocados pequeños, masticar con calma y no hablar mientras comemos son acciones clave para evitar un incidente como éstos en los que mientras puedes respirar, sientes que te vuelve el alma al cuerpo.
Tengamos cuidado... cuidémonos...