A q u e l a r r e | Las estrategias de seguridad y las consecuencias de los aciertos

La desarticulación de grupos delincuenciales son factores de reacción de los cárteles que ponen a la población civil en medio de la disputa

Tanya Ortiz*

“Si ustedes han decidido perderse como seres humanos, echar a perder su presente y su futuro para convertirse en delincuentes, la sociedad de Valparaíso no es responsable ni tiene por qué pagar ese coraje con la vida, contra sus semejantes y esa línea de sangre que marcan los grupos delincuenciales”, fueron las duras pero muy ciertas, palabras del presidente municipal de Valparaíso, Zacatecas, Eleuterio Ramos Leal, que envió a los delincuentes que asesinaron a dos de sus policías municipales.

Al despedirlos con un homenaje de cuerpo presente, tras morir acribillados mientras realizaban labores de protección ciudadana, el alcalde también se dirigió a las autoridades de los otros niveles de gobierno tras reconocer que como alcalde, ya no puede hacer más: “pero lamento más que quienes están obligados por la Constitución a atender este proceso de violencia, lo hagan de forma incompleta, con disimulo, no con la contundencia que merece el pueblo de México”.

Los hijos de Antonio Rosales, quien tenía 25 años de carrera policiaca, y los de Genoveva Conchas, joven madre que tenía 6 años como policía y era la única mujer comandante del municipio, escuchaban las palabras enérgicas y llenas de molesta, inconformidad e impotencia de uno alcalde que se ha distinguido por decir las cosas sin tapujos.

La violencia en su municipio lo obliga a alzar la voz para exigir el apoyo de las autoridades estatales y federales porque, lo sabe bien, él no puede hacer mucho ni los delitos que los grupos criminales cometen, son de su competencia.

En Valparaíso mucha gente ha sido desplazada por esta violencia, lo mismo que en Jerez y Fresnillo.

La estrategia de seguridad Zacatecas II ha dado resultados, tal vez no los que queremos y, lo más seguro, no todos los que nos han informado, porque para empezar, las autoridades federales gozan el privilegio de ser ellas las que informan de lo que se hace en Zacatecas, así sea unos días después.

De lo que sí han informado es de la detención de varios integrantes de grupos delincuenciales que son puestos a disposición de las autoridades federales y llevados al Centro Regional de Readaptación Social de Cieneguillas, un centro penitenciario de mediana seguridad que, por cierto, ya no tiene capacidad para más gente.

No por nada se han registrado varios incidentes en ese lugar y montado operativos constantes: intentos de motín, riñas y evasiones de reos, de éstos últimos por cierto, tampoco se ha sabido nada sobre su recaptura.

Después del asesinato del general José Silvestre Urzúa, en Pinos, tras un fuerte despliegue policiaco, las investigaciones continuaron gracias a los tres policías municipales detenidos por su implicación en la comisión del delito de secuestro agravado y otros tres civiles armados que participaron en el enfrentamiento con las fuerzas del orden.

Evidentemente que estos sujetos tenían que informar sobre sus acciones, sobre el territorio en que operan, a qué cártel pertenecen y todos los detalles que pudieran servir a las autoridades para eliminar esa célula criminal.

Tener presos a delincuentes de tal poder económico y de armamento, no representa otra cosa más que el riesgo latente de que sus compinches intenten sacarlos de ahí y está más que visto: no por nada es la delincuencia organizada.

El caos que los grupos criminales generaron ayer en las principales vías de comunicación del estado: las carreteras federales 45 y 54, múltiples vehículos ponchados, los bloqueos e incendios de tráileres, camionetas y camiones, probablemente obedecieron a una estrategia de distracción para que las autoridades no atendieran a cabalidad el intento de evasión en Cieneguillas.

Sin embargo, los ciudadanos, que se han convertido en los principales generadores de contenido para redes sociales, dieron cuenta que la balacera no fue menor al interior del Cerereso, lo que nos lleva a la impunidad y corrupción como factores de generación de violencia al interior del centro penitenciario, un tema que sin duda, la autoridad deberá investigar a conciencia.

En tanto, por buenos resultados que digan las autoridades que hay, la sensación de incertidumbre, miedo y zozobra que tienen habitantes de comunidades de Jerez, Valparaíso y Fresnillo, se acrecienta, y la de quienes vivimos en la zona metropolitana no se queda atrás.