MANOS MÁGICAS QUE TRANSFORMAN EL YESO
-Familia González García
Texto y fotos: Tanya Ortiz
ZACATECAS, ZAC.- Madres y padres de familia comparten con sus hijos el gusto por pintar figuras de yeso. Cada fin de semana, en el Parque La Encantada, la familia González García les ofrece alguna figura para que pasen un tiempo agradable y echen a volar la imaginación.
Algún adorno para colgar en la cocina con un costo desde 10 pesos, alcancías de 30 o 70 pesos, o figuras de temporada como los peregrinos José y María, Santa Claus o renos que son de mayor tamaño y costo de hasta 140 pesos, son algunas de las opciones que don Salvador González ofrece a su clientela.
Desde las 10 de la mañana y hasta las 9 de la noche, al menos los domingos, la gente sabe que ahí encontrará una actividad para realizar en familia, desestresarse y recrear diversos personajes para llenarlos de vida con colores.
Adquirir una de estas figuras que ofrece la empresa “Pintarte” incluye un kit de colores y pincel, por lo que es fácil demorar varias horas –que se van volando- hasta terminar una nueva obra de arte que si el pintor le pone empeño, podría vender a buen precio o al menos adornar su casa o alguna oficina, para presumir con orgullo.
Eso es parte de la satisfacción que tiene don Salvador, durante los últimos 20 años que ha tenido este negocio que ha venido de menos a más, gracias al consumo local.
Empezó comprando las figuras ya elaboradas en Guadalajara y revendidas en Zacatecas, ofertadas para escuelas, fiestas particulares o en diversos espacios públicos para el entretenimiento de la gente.
Junto con su esposa decidió hacer un esfuerzo e ir comprando moldes para ellos elaborar las figuras y no tener que comprarlas en otra entidad. Cada molde cuesta entre mil 200 y mil 500 pesos y ahora ya tiene alrededor de 20, aunque su stock maneja más de 70 figuras de diversos tamaños.
En la elaboración de las figuras de yeso colabora la familia, en especial la mamá de don Salvador, una mujer de 70 años que ha encontrado en esta actividad una terapia ocupacional y de provecho económico.
Así, gracias a su clientela, su negocio ha crecido poco a poco y ahora de lo que más surte son alcancías para que los niños las puedan pintar, aunque la familia González García ofrece un plus: si ya las quieren pintadas, cada figura mantiene su precio original, “no les cobramos más por la pintada, porque para nosotros es un gusto”.