Soliloquio | Los retos de la investigación académica

Soliloquio | Los retos de la investigación académica

“…el mundo de la investigación académica es variado: quienes escriben desde su privilegio, los que se enfrentan a un entorno hostil para lograr escribir algo y los esnobs”


Christian Barraza Loera*


La academia se enfrenta a diferentes retos cuando de investigación se trata. Mientras se es estudiante universitario comenzamos a ver los diferentes campos de acción donde podríamos desarrollarnos, algunos cuantos nos vemos seducidos por la investigación, vemos a nuestros maestros hacer presentaciones de libros, publicar artículos en revistas de renombre, y algunas veces publicarse entre el mismo cuerpo académico en un afán de difundir conocimiento o evidenciar sus áreas de especialización. 

Los congresos, conferencias, ponencias y presentaciones se acompañan de canapés y copas de tinto; los académicos y uno que otro esnob discuten los alcances obtenidos en ciertos temas mientras brindan con copa en mano; los asistentes felicitan al autor o autores y se despiden felices por haber participado en un evento que les ha dejado un nuevo tema a discutir, comentar o profundizar en clase, o bien, para mencionar en el silencio incomodo de la sobremesa. Mientras tanto, el o los ponentes continúan, como diría una de mis maestras más queridas: con el canto de las sirenas entre sus oídos, con la certeza de haber hecho una aportación valiosa a la sociedad o comunidad científica. 

Hasta aquí podemos suponer que la vida del investigador es algo “cool” cuando le vemos recibir el nombramiento SNI o PRODEP; y bueno, lo es cuando se exponen los resultados de la investigación. Pero, qué pasa con el académico mientras está en la construcción de sus pesquisas: reflexión sobre reflexión, lecturas, análisis y más búsqueda para comenzar a proyectar un par de ideas que después, se ven acompañadas de una sensación de estancamiento cuando no salen las palabras indicadas y no se sabe cómo avanzar. 

También hay que destacar que no siempre se cuenta con el espacio idóneo para llevar a cabo este proceso de escritura. Virginia Woolf expresa en su obra “Un cuarto propio”, la necesidad de poseer los recursos para llevar a cabo el trabajo de escritura, los que no siempre se refieren de manera literal al espacio físico o indumentaria (papel, lápiz o una computadora), sino a un entorno favorable que permita la discusión con las ideas propias, donde se pueda escuchar la propia voz mientras trata de encontrar las palabras correctas para desarrollar una idea. Agradablemente, Virginia Woolf planteó esta postura desde la conciencia de sus privilegios, es decir, aceptaba que contaba con cierto capital económico, cultural y social que le permitía escribir libremente sin preocuparse por nada más; es así como nos enfrentamos a nuevos problemas, hay un mundo de investigadores que no cuentan con el apoyo económico necesario, o bien, con el espacio adecuado para escuchar su voz mientras tratan de reflexionar algún tema. 

La situación económica obliga a muchos otros a tener trabajos alternos, a la par que tratan de escribir un artículo que les permita seguir generando un CV que quizá favorezca la oportunidad de ascender en la escala de investigadores, mínimo una candidatura a SNI. Cuando vemos a otros intelectuales difundir con soltura sus investigaciones respaldadas por una institución académica, o también, y los hay, muchos otros que tienen el respaldo académico y que sólo hacen refritos de investigaciones pasadas o incluso, se atreven a tomar temas de sus alumnos para mantener su nivel. Como vemos, el mundo de la investigación académica es variado: quienes escriben desde su privilegio, los que se enfrentan a un entorno hostil para lograr escribir algo y los esnobs.  

Sin embargo, una cosa cierta es que la exigencia académica en ocasiones sobrepasa los límites; no es un secreto que entre becados de posgrados suele haber un tema en común: la asistencia a terapia psicológica durante o después de haber terminado la tesis. La exigencia viene justo de haber visto un mundo “cool” en la investigación, donde sólo vemos la parte bonita sin reflexionar en lo que hay detrás: un mundo competitivo y estrecho, donde quienes contaron con su habitación propia llevan la delantera.  


*Historiador, docente, investigador de minorías religiosas, a veces podcaster y liberal: multitask 

Correo electrónico: crisbalo1984@gmail.com

Facebook: Christian Chichimeca Barraza


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