Sociedad Transparente | La fortaleza de las instituciones públicas
“La construcción de organismos fortalecidos al servicio de los mexicanos es tarea de todos”
Samuel Montoya*
Una institución pública es una organización que desempeña una acción de interés público y busca acercar y/o proteger derechos de las y los ciudadanos de una forma accesible. Esto no sólo implica la función de control, sino que cuentan también con instrumentos para la promoción de mejores prácticas.
Una de las principales fortalezas del Estado mexicano es la autonomía de las instituciones por las cuales está conformado, y que cuentan con facultades, determinadas por el marco jurídico que las arropa.
El formar parte de una entidad pública conlleva una gran responsabilidad, pues, como integrantes de ella en cualquiera de sus niveles, significa impulsar que en cada uno de los servicios que ofrecemos se garanticen y procuren los derechos humanos consagrados en la Constitución y, por ende, cualquier displicencia afecta directamente en ellos.
Sin embargo, para que un organismo público funcione de la mejor forma, también requiere de elementos que garanticen su operatividad como el presupuesto y la garantía de insumos que permitan que su trabajo pueda ser llevado a todos los estratos sociales.
Por lo anterior, la construcción de organismos fortalecidos al servicio de los mexicanos es tarea de todos. Desde quienes participan en el estudio y aprobación de presupuestos justos hasta las y los servidores públicos encargados de ejercer cada una de sus vertientes.
Recordemos que el ciudadano es dueño de las instituciones que conforman el Estado, ya que existen para su servicio y para la búsqueda del bien común. Son estas quienes deben fungir como garantes de que el recurso público y el ejercicio del poder se traduzca en beneficio social a través del acceso a derechos humanos, justicia y empoderamiento ciudadano.
No olvidemos que nuestra sociedad merece organismos fuertes, que la actuación de cada servidor público sumada al esfuerzo colectivo y la visión común de progreso se refleja en confianza ciudadana y, finalmente, es el ciudadano quien califica de forma más certera el ejercicio del quehacer público, conforme lo ve reflejado en su día a día.
Sin duda, las instituciones públicas (y por ende quienes formamos parte de ellas en cualquier nivel) tenemos un papel fundamental en los grandes retos que enfrenta nuestro país; afrontemos estos en unidad, con apego a derecho y siguiendo los principios de soberanía, federalismo, democracia, derechos humanos y justicia social, haciendo a un lado cualquier diferencia que no sume al objetivo del bienestar común.