Seamos Claros | Aniversario de la Constitución
“Es importante señalar que la Constitución vigente en México no es exactamente el documento original de 1917, pues ha sido objeto de múltiples reformas”
Juan Edgar Burciaga*
Es importante destacar que en nuestro país tenemos un pacto general de convivencia. Al consultar el Museo de las Constituciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encontramos la siguiente definición: una Constitución es un acuerdo de reglas de convivencia, es decir, una forma de pacto político y social. Se llama así porque integra, establece, organiza y constituye las normas que rigen a la sociedad de un país.
En México, el 5 de febrero se conmemora el aniversario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En esta fecha, diversas instituciones realizan ceremonias, algunas con cobertura de los medios de comunicación, mientras que en las escuelas de educación básica los docentes organizan pequeños actos conmemorativos.
Antes de la Constitución que actualmente nos rige, promulgada en 1917, México tuvo la Constitución de 1857 y, anteriormente, la de 1824. Estos documentos normaron la vida política del México independiente, cuya soberanía se consumó en 1821. Sin embargo, incluso antes de la declaratoria de independencia, existió la Constitución de Apatzingán de 1814 (Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado en Apatzingán el 22 de octubre de 1814), además de otros antecedentes normativos, como las Constituciones de Cádiz.
Es importante señalar que la Constitución vigente en México no es exactamente el documento original de 1917, pues ha sido objeto de múltiples reformas. Desde su promulgación hasta febrero de 2024, se han registrado 256 reformas, modificando un total de 770 artículos, según datos de la Dirección General de Difusión y Publicaciones del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.
La Constitución, como pacto político, establece las normas que rigen nuestra sociedad. Sin embargo, la sociedad ha cambiado significativamente desde 1917 hasta la actualidad. ¿Somos realmente conscientes de las modificaciones que ha sufrido este gran pacto social? Es fundamental conocer el significado del 5 de febrero, pero también es imprescindible entender qué contiene nuestra Constitución, cómo ha sido modificada, y, sobre todo, cómo hemos permitido esas reformas. Debemos reflexionar sobre su impacto en nuestra vida cotidiana. Ante un mundo en constante transformación debido a los avances tecnológicos, quizá sea momento de pensar en un pacto general más actualizado y dinámico.
Es crucial informarnos y participar en los movimientos sociales y políticos que afectan nuestra Constitución. De lo contrario, seguiremos siendo víctimas de quienes toman decisiones de manera unilateral sobre nuestro marco legal. Es nuestra responsabilidad involucrarnos. No todos podemos ser senadores o diputados—¡ojalá fuera así! —, pero sí podemos conocer, opinar y exigir transparencia en los cambios que se realizan en nuestra Carta Magna.
Las modificaciones constitucionales influyen en nuestra vida diaria. No solo la impunidad genera corrupción; me pregunto: ¿la apatía también la fomenta?