Retazos de Ciencias Forenses | El Polígrafo en México (Detector de mentiras) Tercera parte
*Ignorantia juris non excusat
Nicolás Pinedo*
El polígrafo, actualmente es usado en la evaluación de control de confianza para los servidores públicos, justificando que se hace como una medida preventiva para el personal de nuevo ingreso, para la permanencia e incluso para alguna promoción al interior de las corporaciones.
Con esta evaluación, se supone se tiene certeza de la honestidad, veracidad, confiabilidad, lealtad y discreción de los servidores públicos que laboran en las diferentes instituciones, ya sea de seguridad pública o en las fiscalías del orden estatal o federal.
Las etapas de las que se componen los exámenes de control de confianza son las siguientes: Pruebas psicológicas, cuyo objetivo es conocer la personalidad del evaluado y así poder visualizar posibles conductas o saber si cumple con el perfil solicitado, detectando con antelación las posibles tendencias delictivas o las áreas de riesgo, que tenga que ver con problemas de autoridad, poco o nulo control de sus impulsos, manejo de estrés, el trabajo bajo presión e incluso las dificultades que pueda surgir al momento de tomar decisiones.
Posterior a las pruebas psicológicas está la Prueba Toxicológica, que se hace con muestras de orina para detectar el uso de drogas (cocaína, marihuana, anfetaminas, metanfetaminas, barbitúricos, opiáceos, etc.); cabe mencionar que los resultados de los análisis no los conoce el interesado. Estos son enviados en un sobre cerrado y sellado a la dependencia que lo solicitó.
El estudio socioeconómico: su propósito es confirmar su situación económica con respecto a sus ingresos y egresos, además de verificar el domicilio particular que proporciona cada persona. A este se le incluye referencias de sus trabajos anteriores y las referencias personales; por otro lado, se incluye una evaluación de conocimientos generales.
Finalmente, se realiza el examen del polígrafo que se compone de tres etapas básicas: una entrevista preliminar, cuyo objetivo es preparar a la persona y ponerla al tanto del método empleado, así como de las preguntas que se le van a realizar; luego se prueba el aparato (Polígrafo).
La prueba se compone de 10 preguntas, cuyas respuestas sólo pueden ser “Sí” o “No”. Para ello es necesario establecer una prueba de muestra que sirve para calibrar el instrumento, registrando así los cambios específicos de las reacciones fisiológicas de la persona que se ha de examinar.
Y por último se realiza una entrevista final cuyo objetivo es aclarar los cambios que se registraron al momento de hacer y contestar cada una de las preguntas; es necesario señalar que en todo momento el analista está observando a la persona examinada: su lenguaje corporal y los cambios o reacciones que tiene durante la aplicación de la prueba.
No hay peor ciego a aquél que no quiere ver.
*Maestría en Ciencias Forenses y Victimología, perito criminalista, asesor forense y amante del ciclismo de montaña.