Reflexionando el Evangelio | Seamos corresponsables
IX Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B
“El hijo del hombre también es hijo del sábado“
Marcos 2, 23-3, 6
Hay días especiales que marcan la historia y pueden definir el futuro de personas, familias, comunidades y pueblos. Este día es uno de ellos: hoy decidimos y elegimos no sólo a quienes nos gobernarán en los próximos tres/seis años; también definimos el México que queremos para ésta y la siguiente generación.
La vida no se nos da con un instructivo para cada día. En el transcurrir, somos invitados a buscar, discernir, elegir, decidir el futuro anhelado; el abanico de posibilidades es inabarcable. ¿Dónde empieza la cordura y termina lo políticamente aceptable como bueno para todos? Tenemos que discernir el voto y a quién dárlo.
En el corazón humano anidan visiones, deseos y posibilidades que hacen caminar la vida. Sin ello no hay procesos de crecimiento, ni se pueden ponderar logros y fracasos. Cada cierto tiempo necesitamos volver a calibrarlos, purificarlos, reorientarlos. El momento que vivimos está permeado por la lucha entre deseos y miedos, esperanza e incertidumbres, luces y confusiones; pareciera que estamos en un mundo que se mueve solamente entre dos polos.
La Palabra que escuchamos y celebramos este domingo habla de la necesidad de un orden, su fundamento y sentido. ¿Podemos vivir sin normas? ¿Cuál es la medida entre hacer el bien y hacer el mal? ¿Será la ley de los intereses la que dirija nuestra moralidad? ¿La ley del más fuerte? ¿Y la conciencia? Nos anima que nuestra sociedad, aun siendo permisiva, busque y promueva la cultura de la legalidad.
El Evangelio de Jesús siempre es buena noticia porque toca y abona a las fibras más profundas del ser humano, allá dónde éste se comprende, decide y construye. El tema de hoy preocupa a gobernantes y gobernados: la centralidad de la persona en toda ley. Eso de que “el Hijo del hombre también es dueño del sábado” abre horizontes de salvación para el que quiera mirar lejos y profundo. No debemos dejar que el hombre siga con la mano tullida; restablecer su dignidad y libertad es la clave de la cuestión… Verdad y libertad deberían ir siempre juntas.
La respuesta/propuesta de Jesús es contundentemente clara: si quieres salvar tu vida, cumple la ley del amor; ésta siempre traza el camino del bien de la persona y de las personas. El cumplimiento de la ley también necesita del discernimiento ante las necesidades del hermano en el futuro. Los excesos polarizantes deshumanizan y complican un futuro digno.
Este día somos invitados a participar y a tomar decisiones que nos van a vincular durante los próximos años. Es necesario pasar de lo que está permitido hacer en sábado al qué me permito hacer en sábado por el prójimo y el bien común de las presentes y futuras generaciones. Curar, perdonar, escuchar, ayudar al necesitado, trabajar por el bien de otros, detenerse en el camino como buen samaritano… debería ser el punto de referencia para tomar una buena decisión. Votar libremente y con responsabilidad puede orientar esfuerzos para construir un México democrático donde todos habitemos con dignidad.
Los bendigo al iniciar el mes de junio, 2024.
+ Sigifredo
Obispo de/en Zacatecas