Pasión por el deporte | Saber ganar y perder en el deporte (Parte 2)

Pasión por el deporte | Saber ganar y perder en el deporte (Parte 2)

“Ganar es agradable y placentero, no sólo en el plano físico, también en el emocional”

 

José Ortega Ramírez*

El deportista perdedor fácilmente experimenta rencor porque ha perdido y no ha logrado la victoria que deseaba y ese rencor lo corroe por dentro y le impide alegrarse por el ganador. Saber perder es no buscar excusas. El mal deportista busca siempre pretextos, excusas, formas de argumentar su derrota.

Ganar es agradable y placentero, no sólo en el plano físico, también en el emocional. Cuando un deportista gana, crece su autoestima. Sin embargo, ganar nunca es fácil y, menos aún saber ganar.       

Creo que la discreción es la principal virtud holística del deportista ganador. Porque vive la victoria sin sucumbir al exhibicionismo, sin caer en la vanidad o altisonancia, sin despreciar a nadie. El buen deportista sabe que la victoria es un bien efímero y circunstancial y, por lo tanto, no queda atado a ella, no se identifica con la figura del triunfador, pues sabe vivirla con desapego, como algo bello que le ha sucedido, pero no como un bien que posee de manera absoluta. No la desprecia porque sabe, por propia experiencia, lo difícil que es ganar, pero tampoco lo exhibe ni la convierte en un objeto de propaganda personal.

Sabe ganar quien reconoce de sus rivales, su potencial, su calidad, su destreza y su esfuerzo. El noble ganador nunca sucumbe a la humillación, empatiza con el sufrimiento ajeno y anima a sus contrincantes a emprender nuevas luchas.

Sabe perder quien, después de perder, vuelve, de nuevo, a entrenar, asumiendo sus errores y a planificar mejor sus estrategias. No se deja laminar por la moral de la derrota y encuentra, otra vez, razones para esforzarse. Sabe ganar quien, después de ganar, entrena de nuevo, con el mismo pundonor y entrega de siempre, sin dormirse en sus laureles.

Cuando un deportista practica deporte a nivel profesional durante muchos años, vive obsesionado por la victoria y no se da cuenta de que el verdadero tesoro del deporte reside en la derrota. Ganar alimenta y potencia el ego, perder, lo calma y lo doma.

Desde mi particular punto de vista del aprendizaje, la victoria raramente enseña, sin embargo, la derrota es un espejo en que el deportista puede observarse a sí mismo y ver reflejados todos sus errores. Por eso a veces se gana y otras se pierde.

Es por ello que el deporte es en este sentido una continua escuela de vida porque se gana y pierde continuamente. Se sube y se baja, se cae y se levanta. Todo es un aprendizaje permanente.

 

*Escritor e instructor profesional en ciencias aplicadas al futbol.

Facebook: José Ortega Ramírez

Correo: jor0231&hotmail.com

 

*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

 

 

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