Pasión por el deporte | Futbol educativo
“El entrenamiento a través de formas jugadas debe ser el eje del proceso pedagógico aplicado a los niños en formación. Debe enfocarse, sobre todo, al desarrollo de las capacidades motrices, cognitivas, sociales y emotivas, las cuales constituyen la base de la adquisición de la personalidad de los niños”
José Ortega
El futbol, como cualquier otra actividad deportiva, es un medio educativo importante que se enfoca hacia el desarrollo integral de los niños. Sin embargo, para que el futbol que practican los niños sea verdaderamente una actividad lúdica con carácter educativo, es importante que los programas de entrenamiento, así como las competencias, diseñadas según su nivel de aprendizaje, no sean una copia, como muchas veces ocurre, de los programas y formas de juego de los adultos.
Tanto la enseñanza como el entrenamiento y las competencias deben tomar en cuenta no sólo la edad de los niños en proceso de aprendizaje, sino también su nivel de desarrollo. El entrenamiento a través de formas jugadas debe ser el eje del proceso pedagógico aplicado a los niños en formación. Debe enfocarse, sobre todo, al desarrollo de las capacidades motrices, cognitivas, sociales y emotivas, las cuales constituyen la base de la adquisición de la personalidad de los niños.
El futbol tiene una especial importancia en la edad infantil y se considera la piedra angular en la formación de los niños futbolistas. De manera general, los niños que practican regularmente este deporte tendrán mayores posibilidades de aprender a conocerse a sí mismos y relacionarse con alegría.
Este juego de fútbol es de una riqueza excepcional, su práctica conlleva numerosos aspectos que influyen, sin duda, en la adquisición de su personalidad, tensión, experiencia vivida, alegría, placer, motivación y emoción, dinamismo, manejo de lo imprevisto, éxito, espíritu de equipo, percepción y resolución de problemas y creatividad que interviene en los juegos de conjunto particularmente en el fútbol.
Para concretar las posibilidades educativas del futbol, es necesario que primeramente precisemos “de que futbol hablamos”. Si hablamos de futbol pensado y organizado para una práctica abierta a todos, sin condicionantes y sin búsqueda del alto rendimiento por encima de todo y a cualquier precio y, que sitúa al niño en el centro del proceso formativo “interesado menos en el ejercicio y más en el que se ejercita” entonces estaremos ante un fútbol que será en realidad un hecho educativo.
Siguiendo estos criterios, considero prioritario crear las bases que posibiliten la ocasión de practicar el fútbol a todos los niños que lo deseen sin condicionante.
A estas edades de entre los 7 y los 12 años, es ciertamente posible ofrecer actividades bien organizadas y capaces de cumplir su función social y con el nivel necesario en cuanto a los objetivos educativos que deben cumplir como todo deporte.
El deporte del futbol debe aprovecharse como un elemento motivador, potenciando actitudes y valores positivos. El futbol, cuando es bien aplicado, es un medio que dispone su participación con las demás áreas físicas y formativas como la educación física, en el objetivo hacia la educación integral.
Entonces propongo intentar una formación futbolística que no tenga como objetivo dominante el máximo rendimiento en las primeras edades, empezando temprano pero a su debido tiempo, respetando a los niños y a su desarrollo armónico, compatibilizando la formación integral en la fijación natural de las bases para su futuro futbolístico, con un normalizado rendimiento y cuyo nivel tendrá como referencia sus propias posibilidades y su libre participación.