Pasión por el deporte | El poder de la imaginación
“Nada ni nadie puede impedir que sueñes y que imagines”
José Ortega Ramírez*
Sin duda, el deporte excita la imaginación y la creatividad. La imaginación es una facultad mental que permite crear objetos o representaciones mentales a partir de fragmentos que están en nuestra memoria.
Un deportista que va a competir, imagina y crea primero en su mente cómo hacerlo, lo visualiza y luego lo ejecuta.
Esta visión previa es fundamental. Un deportista de cualquier disciplina crea situaciones durante su competencia para poder meter una canasta, anotar un gol, ganar un punto, etc.
El deporte ejercido solitariamente (deporte individual) despierta la imaginación, porque el deportista no tiene que estar atento a la interacción con el compañero, y ello le permite echar a volar su imaginación, irse de la realidad e imaginar cosas, realidades e historias que emergen de su cabeza.
En ocasiones, el fruto de esa soledad da pie a ocurrencias, creatividades que pueden aplicarse a la vida cotidiana y laboral.
Cuando, por otro lado, un deportista (deporte colectivo) no tiene oponente alguno, llega a la cumbre y no experimenta ningún tipo de sombra por parte de los otros, pues tiende a repetir sus movimientos mecánicamente, a reproducir los entrenamientos siguiendo la misma lógica, porque no tiene necesidad de mejorar sus resultados.
Solo si tiene un estímulo interior, trabajará su imaginación.
Hacer deporte es imaginar. No creo que exista un deportista que en algún momento o durante muchos no haya creado en su mente situaciones en las cuales alcanzaba lo deseado.
Es decir, no creo que haya nadie que practique o que haya practicado deporte que no haya soñado con ser una figura y un deportista de éxito en su respectiva disciplina, con ser el héroe de la final, con ganar un gran tour, un torneo de Gran Slam, una Olimpiada, etc.
Todo eso es imaginar, y por eso hacer deporte es imaginar continua y permanentemente. Es más, quien más imagina o sueña, más lejos llega, más objetivos alcanza y, sobre todo, más feliz y satisfecho está, que es de lo que se trata.
No todos alcanzan sus sueños ni cumplen sus objetivos soñados, pero no importa. Lo realmente importante es haber soñado y haber puesto todo el empeño para conseguirlo, porque en ese proceso es en el cual crece y se forma como persona y deportista.
El deporte ayuda como ninguna otra actividad a desarrollar esta capacidad de imaginar, porque es un sueño continuo en pos de alcanzar una meta.
En definitiva, sientes emociones y te sientes vivo. Cuando te encuentras un obstáculo o piensas que tocas tu límite, imaginas cómo puedes superar esa situación para seguir el camino hacia tu objetivo.
Nada ni nadie puede impedir que sueñes y que imagines, por eso nada ni nadie debería impedir que los niños, jóvenes y adultos realicen deporte, porque es una de las maneras más maravillosas de dejar volar la mente y de crecer holísticamente.
Cuando un deportista crea algo en su mente y ese algo nace de sus entrañas y de una profunda pasión, no hay nada ni nadie que pueda evitar que alcance lo que ha imaginado, porque entre otras cosas deja de ser algo imaginado y pasa a ser algo real.
En definitiva, hacer deporte es soñar e imaginar. Demos la oportunidad a todos de poder hacerlo, y con ello ayudaremos a la sociedad a creer y a vivir de una manera más sana y equilibrada en todos los aspectos.
*Escritor e instructor profesional en ciencias aplicadas al futbol.
Facebook: José Ortega Ramírez
Correo: jor0231&hotmail.com
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