Los misterios de la existencia | Una máscara
“¿Qué hay en lo más profundo de ti?”
Alejandro Bravo Pérez*
En la antigua Grecia, ya Homero (poeta y filósofo griego) describe a un Dios como “la alegría de los hombres y de las mujeres”, de quien decía que, cuando eran bendecidos por él, propiciaba mucha emoción en sus vidas.
El nombre de ese Dios era Dionisio, quien era el encargado de brindar el vino, la diversión y el teatro. Era tan famoso este Dios, que los mismos griegos crearon un escenario en que pudieran personificar fiestas en honor a él, con personajes disfrazados con máscaras que escondían el rostro de los autores.
Las máscaras, a través de la historia, han tenido una función interesante, la principal, ocultar un rostro. Incluso, el concepto de la palabra personalidad proviene del término “persona”, una denominación que se utilizaba del latín clásico para las máscaras que usaban los actores griegos en dichas obras de teatro dedicadas a su Dios, Dionisio.
Esto es lo curioso de la historia, porque psicológicamente hablando, ya en esa época, se expresaba un sentido figurado de “personas” para referirse a un rol específico, “representando a alguien”, o ser “como alguien”.
¿Qué máscara usas frente a los demás? ¿qué personalidad muestras al mundo? ¿qué imagen quieres dar con cada contenido que publicas en tus redes sociales?
En Venecia, los meses de enero y febrero, son dedicados a un evento singular y peculiar, con un origen centenario, que nace con un desfile por las calles de esta gran cuidad, personas usando grandes trajes y máscaras; el evento era tan importante que, tanto la nobleza, como la clase baja, convivían sin prohibiciones, haciendo así una fiesta pública, aunque con ciertas características, por ejemplo, la multitud podía por semanas beber, cantar, bailar, acostarse con una o varias personas, lo hacían todo sin tener que presentarse a trabajar.
Pero, ¿cuál era el significado de las máscaras? El anonimato.
Quien usaba una máscara, se permitía revelar sus instintos más animales, como los que Dionisio liberaba en los griegos, una concubina de la nobleza podía usar una máscara y poder permitirse estar en una orgía, claro, si sus impulsos así lo pedían; otro ejemplo puede ser el de un hombre de alto respeto, quien, al portar una máscara, podía relacionarse con otros hombres de manera tan íntima que, sin la máscara, no podría atreverse ¿por qué no? porque para esa época había un perfil que se llamaba “honor”, y debía ser cuidado.
Dime ¿qué impulsos permitirías, usando una máscara, en ese carnaval de Venecia? ¿qué máscara se desprende de tu rostro cuando has estado bajo los efectos del vino? ¿qué te has negado a experimentar por no atreverte a quitar esa máscara moral?
Aún mejor, ¿qué es lo que ocultamos en lo más profundo de cada uno, de cada una? que tenemos que ir por la vida usando una máscara llamada persona y representar un rol o una conducta frente a alguien, pero que a la vez podría nacer cierta frustración por experimentar el sentimiento de querer ser algo más.
Hola, mi nombre es Alejandro Bravo, cuento con la formación como terapeuta existencial.
Más que hablarte de teorías o técnicas, me gusta explorar lo que está presente, lo cotidiano, lo que ocurre.
Si te interesa conocer un poco más de esto e indagar en tus propios misterios, te invito a crear un espacio de relación y diálogo para que, juntos, podamos comprender un poco más la “situación” que estés viviendo, como también la manera en que te relacionas con el mundo y los demás.
Hasta la próxima.
*Terapeuta Existencial
Correo: cypesc@gmail.com
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer.