Los misterios de la existencia | Suicidium

Los misterios de la existencia | Suicidium

“No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no la pena de ser vivida, equivale a responder la cuestión fundamental de la filosofía”.

Albert Camus


Alejandro Bravo Pérez*

Hoy es un día para la prevención del suicidio, un tiempo propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con la finalidad de romper el tabú que existe en un tema tan delicado y que parece, con cada día, va al alza.

Algunas cifras dicen que una de cada diez personas decide quitarse la vida, las cifras también dicen que era más común en mujeres adultas, siguiéndoles los hombres jóvenes, aunque cifras recientes apuntan a un incremento en los niños y niñas.

Según la OMS, el suicidio puede definirse como un acto deliberado, iniciado y realizado por una persona, siempre con pleno conocimiento de su propio desenlace fatal. Así que, cuando alguien dice: “pobre, no sabía lo que hacía”, en realidad sí lo sabe, porque todo el tiempo está conscientes de hacerlo, tanto que quien concreta la acción, lo hace sin que nadie lo espere, sin que se esté preparado ante el trágico hecho.

Lo inquietante, lo incomodo de cuando esto sucede, es que puede dejar un amargo sabor de boca, una sensación de extrañeza y una experiencia llena de incertezas por la primera pregunta que nace frente a la desdicha: ¿por qué?

Por otro lado, desde un cuadro clínico, quien no concreta el hecho fatal de poner fin a su vida, lo asocia a conductas suicidas, el cual, según la OMS, se puede entender como un conjunto de comportamientos relacionados siempre con la intención de comunicar, actuar o ejecutar un acto autodestructivo consigo mismo, más no siempre se concreta, solo se queda en un intento.

El suicidio es una elección fatal, pero que no nace de la nada. Es una tensión que ocurre por experiencias marcadas en la historia de cada persona y que, al ser impulsadas por un suceso concreto, despierta el único impulso de querer poner fin a todo eso que la persona esté viviendo.

Albert Camus (filosofo existencial) propuso que miraba a muchas personas morir, porque él consideraba que para esas personas podía no valer la pena de ser vivida, quizás por eso es que Nietzsche afirmó que solo: “aquel que tiene un porqué para que vivir, puede soportar casi cualquier cómo”.

Puede haber conferencias, talleres, documentales y hasta artículos, como este, para crear conciencia sobre el suicidio, pero me atrevo a pensar que la única herramienta preventiva fiable es la posibilidad de poder encontrar un-otro, una-otra, con quien poder hablar, con quien conversar, con quien se pueda comunicar sin miedo dicha intención, y que sea solo de la construcción del mismo diálogo, junto con la relación e interacción de dicho encuentro, que se puede ofrecer la posibilidad de propiciar un cambio, un cambio de actitud si así lo decide la persona.

Mi nombre es Alejandro, cuento con la formación como Terapeuta Existencial. Más que hablar de teorías o técnicas, me gusta explorar lo que está presente, lo cotidiano, lo que ocurre.

Si te interesa conocer un poco más de esto e indagar en tus propios misterios, te invito a crear un espacio de relación y diálogo para que, juntos, podamos comprender un poco más la “situación” que estés viviendo, como también la manera en que te relacionas con el mundo y los demás, ya que clarificar nuestra posición en el mundo puede aclarar nuestra postura y entonces, si así se elige, optar por una actitud diferente.

Hasta pronto.

*Terapeuta existencial

Correo: cypesc@gmail.com


**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer.

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