Los misterios de la existencia | ¿Qué nos dice nuestro cuerpo?

Los misterios de la existencia | ¿Qué nos dice nuestro cuerpo?

Un síntoma

Alejandro Bravo Pérez*

Solemos crecer creyendo en todo lo que se nos enseñan desde niños. Hoy, se le da mucha credibilidad a lo que se lee o se encuentra en una red social. Por eso, en cuanto se experimenta algún malestar, lo inmediato que se busca es una cura. No importa el costo, el medio, ni el procedimiento, lo único que se desea, es eliminar la incomodidad en el cuerpo. El síntoma, es tratado como si no fuera algo propio de cada individuo. Se busca eliminar, sin dar un espacio para comprender la relación que podría hallarse con lo que se está siendo. 

Un ejemplo de esto; un dolor de cabeza, suele decirse que el padecimiento esta solo en la cabeza, pero lo cierto, es parte de toda una totalidad, no es una parte separada del cuerpo. Lo correcto sería decir, estoy dolido; pero decir que es una zona específica del cuerpo, facilita su intervención y su cura. Aunque lo cierto, es que soy ese dolor, aunque lo puedo sentir solo en mi cabeza, ese dolor rompe la relación cotidiana de mi entorno, es decir, no me relaciono igual que cuando no padezco ningún malestar. 

El medio que nos une con el mundo es nuestro cuerpo. Lo que mi cuerpo sufre y reciente, es una renuencia de la relación con el mundo. Cualquier célula, hasta una cabello o vello púbico, es parte de una estructura individual y, por lo tanto, en cada síntoma, cabe la posibilidad de que pueda existir una información específica de algo que le está ocurriendo a cada persona. 

El dolor de cabeza, como cualquier otro síntoma, puede ser una especia de código morse que nuestro cuerpo, envía, para avisarnos que algo nos está pasando. Pero se suele separa el dolor del cuerpo, es como si nuestra unicidad es mostrada en varias partes o pedazos. Y como inventamos esa separación, sedamos y desaparecemos el mensaje, enajenando la experiencia vital. 

 Hay que pensarlo con seriedad. Si cada síntoma, malestar o dolencia, es un aviso de que algo está sucediendo con cada uno, deberíamos entonces hacer una pausa para comprender el mensaje que se está enviando, pero con el paso de los años, hemos olvidado cómo escucharnos. 

El cuerpo ha sido arrojado al diagnóstico de los que saben cómo curar el síntoma, son especialistas y para eso se han formado. Pero están preparados para quitar y encubrirlo, no para descifrarlo, son muy pocos los que se interesan y tienen la paciencia para mirar lo que hay detrás de ese enigma. 

Cuando no se descifra el síntoma, con el paso de los años, la enfermedad avanza a tal grado que se pierde el control de la propia corporalidad, en casos más extremos, termina uno postrado en una cama, dependiendo del cuidado de otros, de algún aparato, de una extensión artificial para mantenerse vivos, pero ¿qué calidad de vida es esa? Toda la riqueza de información, queda resumida en un cuadro clínico, con diagnósticos y con un posible tratamiento. 

Ya Freud (Psicoanalista) alguna vez expresó; “todo lo que no se expresa en palabras, tarde o temprano, se manifestara en forma de síntoma”. Con estas palabras, él quería expresar, quizás, que debemos volver a ser dueños de nuestra existencia, manifestando y expresando con palabras todo lo que reposa guardado en el interior de cada persona y entre más conscientes sea uno de lo que calla, menos malestares tendrá o si los tiene, serán menos dolorosos. 

Mi nombre es Alex Bravo y cuento con la formación como Terapeuta Existencial y solo quiero externarte, que si en un momento, sientes que algo no va bien y que frente a lo que sea que estés sintiendo, no estás sola, no estás solo. Ya sea a distancia o de manera presencial, estoy con la mejor disposición de escucharte. 

Hasta la próxima. 


*Terapeuta Existencial

Correo: cypesc@gmail.com


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