Los misterios de la existencia | Omnipotente
“¿Qué hacer entonces?”
Alejandro Bravo*
El niño en casa sintiéndose omnipotente, reta a los padres cuando se les dice que ya es hora de dormir, respondiendo que él no quiere aún hacerlo, por lo que padre puede responder con una advertencia y después con un castigo si el niño no se comporta. Suponiendo que el castigo es una nalgada, el niño entenderá que, si la próxima vez que no obedezca cuando se le indica que ya es hora de dormir, como castigo recibirá una buena tunda, por lo que deja de sentir que tiene el poder y cede a las indicaciones de quien mira como figura de autoridad. Pero el niño puede retar al padre, en su deseo de sentir poder, diciéndole, “a ver pégame” y si el padre le pega, puede seguir retándolo diciéndole “ni me duele”, esto se convierte en una lucha de poder, en donde el padre puede optar por ser más agresivo con el niño y golpearlo ahora de manera diferente o el ceder e ignóralo, culpando a la madre de que no lo está educando correctamente, curiosamente esto causa alguna discusión entre los padres, misma pelea de la que los niños terminan siendo testigos.
“¿qué hacer entonces?” “¿se le pega?” “¿se le regaña?” “¿cómo se le debe hablar?” “Si se le habla y no entiende”, “dígame usted qué es lo que tengo que hacer” dirá alguna madre o padre, que se siente cansada de intentar tener que educar a su hijo, pidiendo entonces que por favor su maestro y maestra de su escuela, le ayude en corregirlo, pero si el maestro no puedo hacerlo, lo ve como un problema y como una amenaza para el resto del grupo, porque si él no obedece, no se comporta, puede dar pauta a que otros lo hagan también, así que la maestra lo puede percibir como la piedra que nadie quiere sentir en su zapato, así que, como sugerencia y con la amenaza de expulsarlo de la escuela, pide que lo lleven al psicólogo para que lo arregle y lo componga ¿y el psicólogo tendrá la solución? Porque si de casualidad lo canalizan con alguien que no tiene la experiencia, puede que termine culpando a los padres de que su hijo es como es, porque no se le ha enseñado a poner límites. Repitiendo entonces así, un ciclo que la mayoría de veces no termina, por intentar dar con el culpable o con el que pueda ayudar a solucionar el llamado “problema”.
Es curioso, puede parecer paradójico el asunto, porque si el niño recibe golpes del padre aún más fuerte, es posible que lo traume, o genere en el niño un enorme resentimiento, incluso hasta miedo con el solo hecho de verlo llegar a su casa, pero también si mira que su padre cede frente a sus actos rebeldes, el sabrá tomarle la medida a tal grado que se sentirá en la medida en que podrá hacer lo que quiera, así que esto lo mirara como algo que puede hacer en cualquier otro lugar, como por ejemplo la escuela, el profesor no representará ninguna autoridad, porque en su casa no mira ninguna, el joven se siente con ese poder de retar no solo a sus maestros, también a sus compañeros, creyendo el derecho de poder sobrepasar a los otros.
Quizás por algo para los habitantes de México, antes de la conquista española, la primera educación era transmitida por medio de la palabra en el hogar, se entablaba un diálogo desde que él bebe estaba en el vientre, repitiéndole ciertos valores que debía ejercer en su cosmovisión y no se dejaba de dialogar con él y ella hasta los siete años.
¿En qué momentos se perdió ese valor? El diálogo entre padres-hijos, hijos-padres, es algo difícil de encontrar, ya que, por citar solo un ejemplo, el celular se ha convertido en ese sustito de interacción con su mundo, aunque el diálogo no puede darse entre un ser humano y un aparato, pero si el aparato le abre un mundo de “interpretaciones” al niño.
¿Cuánto tiempo de calidad, le inviertes a tu hija, hijo, al día?
Mi nombre es Alex Bravo y cuento con la formación como Terapeuta Existencial y solo quiero externarte, que si en un momento, sientes que algo no va bien y que frente a lo que sea que estés sintiendo, no estás sola, no estás solo. Ya sea a distancia o de manera presencial, estoy con la mejor disposición de escucharte y leerte.
Hasta la próxima.
Terapeuta Existencial
Correo: cypesc@gmail.com
*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.