Los misterios de la existencia | La ausencia
“Existe un amor anclado”
Alejandro Bravo Pérez*
Cuando yo era niño, solía ir con mi hermana a visitar a mi abuela paterna, ella vivía en una casa muy interesante, su puerta era muy vieja, pero hecha de muy buena madera, cuando uno tocaba emitía un eco que daba miedo y cuando se abría, se tenían que usar las dos manos, porque era muy pesada.
Una vez dentro, ella poseía en su sala un tapete, enorme, de color verde, que por cierto, siempre olía a polvo, también tenía un baño seco, que ahora que lo pienso, se adelantó a su época, hoy ese tipo de baño, se están poniendo muy de moda como apoyo al medio ambiente, aunque a mí me daba mucho miedo ir, sentía que algún gusano podía salir y picarme, pero lo más interesante, era su televisión, no empleaba un control para cambiar de canal, yo me tenía que parar y girar una manilla que era muy dura, y a veces sentía que mi mano se rompería por lo difícil que era moverla, que por cierto, solo conseguíamos ver tres canales.
Cuando ella murió, todo eso desapareció, no supe a ciencia cierta el destino final de todas sus pertenencias, inclusive, fui a su casa una vez después de su muerte y me llené de nostalgia al percatarme de que ya no había ningún objeto que fuese de ella, esta etapa fue muy triste para mí, de pronto todo lo que se relacionaba a mi abuela, desapareció, dejándome, una profunda aflicción, que llegaba acompañada de la siguiente pregunta ¿qué es lo que nos queda cuando nos dejan sin un objeto que nos conmemore a nuestros seres amados? Con el tiempo, me respondí; es LA AUSENCIA.
Una fase que se atraviesa cuando se está en duelo, es precisamente la negación y ¿qué es la negación? Como yo lo entiendo, es habitar en el mundo, lleno de incertidumbre, cuestionando todo el tiempo ¿por qué? Cuestionamiento que se hace repetitivo y no dan la posibilidad de poder aceptar la pérdida de su ser amado. Por lo mismo, quien conserva algún objeto de su familiar, lo guarda con mucho recelo, porque de pronto ese objeto se convierte en una única conexión con lo ya perdido.
Por citar un ejemplo, una planta que solía cuidar alguien, ahora es regada por quien sigue vivo y mantiene viva una historia. O, una cabeza que sigue marcada en una almohada, porque quizás ese hueco sumido, es el recordatorio: “deja las cosas como las dejo”, porque si de pronto todo eso cambia, es tener que aceptar que se debe de continuar, pero, ahora sin ese ser amado.
Y si, así tiene que ser, pero cada quien tiene la libertad de lidiar con la ausencia y su pérdida a su propio tiempo. Yo miro violencia cuando alguien le dice a otro; “échale ganas”, “la vida continua”, “ya déjalo ir”, sin saber, que, en ese otro, su mundo como lo conocía, está ahora roto.
La ausencia, es el recordatorio de que hay testigos mudos, que nos recuerdan que cada espacio que habitamos, son relación de nuestra existencia con otros, y en el momento en que esos espacios que habitamos, se quedan sin la compañía de un ser amado, el significado a ese lugar, cambia, y el modo de relacionarse, también lo hace.
En cada objeto, en cada recuerdo, existe un amor anclado, que continúa aún en la pérdida y el duelo, por la muerte de un ser querido, es un amor, que se niega a ser hundido en el olvido.
Mi nombre es Alex Bravo y cuento con la formación como Terapeuta Existencial y solo quiero externarte, que si en un momento, sientes que algo no va bien y que frente a lo que sea que estés sintiendo, no estás sola, no estás solo. Ya sea a distancia o de manera presencial, estoy con la mejor disposición de escucharte.
Hasta la próxima.
Terapeuta Existencial
Correo: cypesc@gmail.com
*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.